FELICES. Pablo y Nono saliendo del Ayuntamiento de Cádiz como recién casados. / A. VÁZQUEZ.
Ciudadanos

Las bodas de parejas del mismo sexo crecen en Cádiz desde que se aprobó la ley en 2005

En tres años se han duplicado los enlaces en los juzgados pasando de 35 a 89 Las asociaciones advierten que aún quedan «muchos derechos por conseguir»

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Pablo y Nono se dieron el «sí quiero» en el Ayuntamiento de Cádiz hace tres años. Su boda fue la primera entre homosexuales que se celebró en la capital. Nono comentó entonces que lleva años soñando con ese momento y era el más feliz de su vida. Ambos fueron de blanco y entre los invitados estuvo la delegada de Asuntos Sociales, Manuel Gutiñas. Días antes cumplieron con el mismo ritual Nati y Juani, pero en esta ocasión la ceremonia se celebró en el consitorio de Jerez. El matimonio civil entre ambas mujeres, el primero, levantó gran expectación en la ciudad. Hoy es algo habitual.

Cádiz es la tercera provincia andaluza en cuanto al número de bodas de personas del mismo sexo, con 89 ceremonias, según los datos del Ministerio de Justicia, muy por detrás de Sevilla, donde se celebraron 253, y de Málaga, que alcanzó los 188 matrimonios. Desde que en julio de 2005 se promulgara la ley que permitía los enlaces entre homosexuales la provincia ha experimentado un continuo crecimiento que, según señalan las asociaciones que defienden los derechos de estas personas, se irán duplicando por año al convertirse en relaciones normalizadas por la sociedad.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) el mismo año que se recogió por ley la unión entre parejas del mismo sexo en la provincia se produjeron unas 35 bodas. En 2007 fueron 50 las parejas que pasaron por los juzgados, mientras que el año pasado se alcanzaron las 89 celebraciones, de modo que se sigue una evolución de crecimiento llegando a duplicar en tan sólo tres años el número de enlaces y, como señalan las propias asociaciones, a partir de ahora se esperan cifras muchos mayores.

De hecho, como advierte Colegades (Asociación de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales de Cádiz) estos datos no responden a la totalidad de casamientos que se realizaron en la provincia, porque según las cifras que maneja la asociación, el número real de enlaces entre homosexuales en toda la provincia se sitúa en torno a los 267. Colegades considera que en los próximos años se triplicarán las celebraciones y de acuerdo a las cifras que tiene la entidad, el 2010 se podría cerrar con la celebración de unos 800 matrimonios entre homosexuales.

Un número muy llamativo que atendería a una razón muy sencilla, según la presidenta de la asociación, Carmen Zurita, pues «se está logrando la normalización de este tipo de ceremonias, lo que permitie que sean muchas personas las que consideren dar el siguiente paso en su relación y acudir al ayuntamiento o a los juzgados para casarse, de la misma manera en la que lo hacen el resto de personas».

Desgranando la provincia, a través de los datos facilitados por el Ministerio de Justicia, es precisamente en la capital el lugar en el que se ha realizado un mayor número de celebraciones durante el año pasado con un total de 23. Según el Ayuntamiento de Cádiz, desde que entró en vigor la ley en el Consistorio se ha casado a 21 parejas del mismo sexo, aunque la progresión por años es mayor.

Jerez le sigue de cerca con 19 casamientos, mientras que Chiclana se posiciona en tercer lugar con unos diez enlaces que, además, presenta un dato curioso a nivel de ayuntamiento pues la mayoría de los casamientos que ha celebrado fue en el mismo año en el que se aprobó la ley. Llama la atención que en Algeciras tan sólo se hayan registrado cuatro, dos más que en otras localidades con menos habitantes como son San Fernando o incluso San Roque.

Ante estos datos parece muy poco probable que se pueda cumplir la previsión realizada por Colegades si bien su presidenta asegura que «tales registros están obtenidos a través de informatizaciones y son muchas las localidades que no están preparadas para trabajar a través de tales servicios a lo que hay que añadir que las bodas se producen tanto en juzgados como en ayuntamientos y no se tienen en cuenta los juzgados de paz».

Según algunos estudios, los números que se dan en cada localidad deberían de multiplicarse por tres para obtener la cifra real, «de manera que no estamos tan lejos de nuestras estimaciones. A todo ello hay que unir como dije antes la normalización de los matrimonios entre parejas del mismo sexo por la sociedad, ya que una cosa es la ley y otra distinta la percepción de la sociedad, que cambia más lentamente por eso esperamos que se tripliquen los datos del año pasado y que la progresión continúe creciendo».

Avance social

Los diferentes colectivos que defienden los derechos de las personas homosexuales están de acuerdo en señalar que la importancia de la legalización de los matrimonios entre parejas del mismo sexo reside precisamente en la posibilidad que tienen de decidir. Tanto es así que señalan que tal ley les sitúa como «ciudadanos de primera». España fue el tercer país en promulgar una ley de estas características, sin embargo aún queda mucho por hacer tal y como exponen los propias entidades. De hecho, Zurita recuerda como todavía se dan situaciones en las que «vamos por los pueblos haciendo campañas de concienciación o incluso por calles de Cádiz y escuchas a la gente decir que antes muerto que ser maricón».

Precisamente la concienciación se ha convertido en uno de los principales retos de las asociaciones que pretenden que ese «derecho de ser ciudadanos de primera se refleje también en la sociedad». José Coronil es el presidente de Arcadia Cádiz y afirma que «en 30 años que llevamos de democracia todavía quedan por producirse grandes avances sociales. Exigimos la igualdad total y al menos ya tenemos el derecho de poder decidir si casarnos o no, porque lo importante de la ley es tener esa opción». Algo que también destaca Salvador Mena miembro de la entidad Jerelesgay pues de esta forma «hemos dejado de ser ciudadanos de segunda. Se ha puesto la primera piedra, la imprescindible para construir el castillo, pero ahora toca poner las otras».

Y es que, las parejas del mismo sexo luchan ahora por tener los mismos reconocimientos en otras materias como es el caso de las adopciones o incluso el formar parte de Ley contra la violencia de género. En este sentido se sitúa ahora uno de las luchas de Colegades como confederación nacional, pues como se expone desde la agrupación «es completamente falso que dentro de la ley existan mecanismos similares a los de las parejas heterosexuales para combatir este tipo de violencia y obtener protección y ofrecer ayuda a las víctimas. Sólo desde una visión sesgada e irreal cabe renunciar a que los homosexuales estén protegidos dentro de la actual Ley Integral de Violencia de Género».

«Es de vital importancia para una persona sentirse en un grupo de iguales y poder llevar a las cenas de empresas, reuniones y encuentros a su pareja sea del sexo que sea. Por ello, aunque con la ley se avanza todo depende de la complicidad de la sociedad». Así, de contundente se muestra Zurita en cuanto al camino que queda por recorrer. De esta forma, Colegades está realizando diferentes campañas en las localidades más pequeñas ya que «es muy común que las personas tengan que irse de tales poblaciones para ser feliz», aunque «en este apartado también se está consiguiendo mucho».

En la provincia tampoco se ha producido ningún problema al respecto de que se lleve a cabo la ley pues como expone Coronil «la ley hay que cumplirla y no ha habido ninguna polémica en la provincia lo cual también se debe destacar. Si algún edil tienen cualquier reparo otro tiene que casarte y hasta el momento es de agradecer que no se hayan creado conflictos en este tipo de consideraciones, lo que ayuda a que el proceso se normalice».

Es por ello que, desde las asociaciones se asegura que queda mucho por hacer, si bien el camino ya se ha comenzado a andar. La ley que permitó en 2005 que se llevaran a cabo bodas entre parejas del mismo sexo, ha significado un gran avance para unas personas que hasta el momento se veían limitadas en cuestiones diarias. Asuntos tan cotidianos «como el poder hacer de forma conjunta la declaración de la renta. Ahora no hay problemas para dejarle a la persona que está a tu lado tus posesiones. Son preocupaciones que el resto de parejas no tenían y ahora nosotros tampoco, aunque tenemos que seguir peleando por que lleguen el resto de derechos que nos merecemos», concluye Mena.