Raúl Castro señala a la cámara en un gesto distendido, acompañado de Chávez. / REUTERS
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Obama frente a la alianza procubana

La cumbre de las Américas espera más pasos de distensión Castro ofrece diálogo a EE UU «en igualdad de condiciones»

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Cuba es el único país del continente americano que por no cumplir con los estándares democráticos de la Organización de Estados Americanos (OEA) está ausente de la V Cumbre de las Américas. Pero paradójicamente, va a ser su protagonista. Todo apunta a que, a diferencia de otras citas internacionales de este tipo donde el enfrentamiento con Estados Unidos era el denominador común, el encuentro que se desarrolla en Trinidad y Tobago servirá para avanzar en el incipiente acercamiento entre Washington y La Habana.

Por supuesto que en la primera reunión cara a cara del presidente Barack Obama con los 33 mandatarios del continente americano se hablará también de crisis económica mundial, la seguridad regional, la pobreza o la energía y el cambio climático. Pero, sin duda, Puerto España será el escenario donde se abordará la cuestión del embargo al país comunista y su posible inclusión en la OEA, de donde fue expulsado en 1962. También aumentan las perspectivas de que se concreten los aún tambaleantes pasos para abrir el diálogo entre Cuba y Estados Unidos tras casi cincuenta años de distanciamiento mutuo.

A esta nueva dinámica ayuda el talante conciliador de Obama y la oferta de negociación que su homólogo cubano, el general Raúl Castro, hizo al ex presidente Bush y extendida después al actual inquilino de la Casa Blanca. Y para ir más allá de las palabras, el dirigente afroamericano ya se ha puesto manos a la obra al levantar unilateralmente esta semana todas las restricciones para que los cubanoamericanos del exilio viajen a la isla caribeña y envíen dinero a sus familiares.

Un día antes de la cumbre y desde México, Obama pedía gestos de La Habana mientras la secretaria de Estado, Hillary Clinton, señalaba que el embargo solo será levantado cuando haya democracia en Cuba bajo los estándares aceptados por la comunidad internacional. Es decir, excarcelación de los presos políticos y libertad de prensa y para entrar y salir del país.

La respuesta no se hizo esperar. Desde Venezuela, donde asistía a la cumbre de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), Castro declaraba que «hemos mandado a decir al Gobierno norteamericano (estadounidense) en privado y en público que estamos dispuestos a discutir todo: derechos humanos, libertad de prensa, presos políticos». Y agregaba: «¿Por qué no sueltan a nuestros cinco héroes, que no le hicieron ningún daño a Estados Unidos?». Ya en diciembre ofreció canjear a los agentes cubanos detenidos desde 1998 en La Florida por los opositores presos. «Si quieren a los disidentes, se los mandamos mañana -continuó-, con familia y todo, pero que nos devuelvan a nuestros cinco héroes».

Única exigencia

La única exigencia del dirigente caribeño es que exista «igualdad de condiciones» en el diálogo. «Sin la más mínima sombra sobre nuestra soberanía y sin la más mínima violación al derecho a la autodeterminación del pueblo cubano», añadió Castro.

Ayer, Clinton recogía el guante del dirigente comunista. «Hemos escuchado los comentarios de Raúl Castro y acogemos con beneplácito la declaración, que estamos tomando muy seriamente». El clima político bilateral se presenta más esperanzador que nunca. De todas formas, Estados Unidos, que tampoco es sordo, sabe que si en algo existe consenso entre los mandatarios continentales es en la inutilidad de mantener el bloqueo a Cuba.

Y para asegurarse de que el embargo será el tema estrella de la cumbre, el venezolano Hugo Chávez presentó ayer a la prensa la declaración que ofrecerán los miembros de la ALBA, donde demandan que se levante la sanción unilateral de Estados Unidos al régimen castrista adoptada en la época de la Administración Kennedy.

El documento se consensuó en una reunión que algunos analistas definieron como la contracumbre y de la que aseguran su único objetivo es boicotear el encuentro convocado por la OEA en Puerto España. Tampoco se descarta que todos los miembros de la ALBA veten el bloque el texto final con las conclusiones de la cita que finalizará mañana. Chávez ya ha anunciado que se posicionará en contra del documento. Dificultades que intentará sortear la cumbre, ya que su éxito depende de que la declaración sea aprobada por unanimidad.