Miguel Ángel Jiménez, el mejor de los españoles en el arranque del torneo

Con la tranquilidad que le caracteriza cerró Miguel Ángel Jiménez la primera vuelta de su participación en el Masters de Augusta. El malagueño entregó una tarjeta de 70 golpes, dos bajo el par del campo, y se coloca en primera línea de fuego a cinco impactos del que, al cierre de esta edición, ocupaba el liderato provisional, el estadounidense Chad Campbell, que completó una gran actuación al firmar 65 impactos (-7).

El de Churriana tuvo muy cerca la posibilidad de realizar un resultado mejor, pero tuvo dos errores tontos en el golpe que mejor se le da, el chip. Los bogeys en los hoyos cuatro y once le hicieron perder algo de fuelle, que rápidamente recuperó con un magnífico birdie que estuvo cerca de ser eagle en el 13. De ahí al final tuvo el temple para mantener las rentas.

La cruz de la jornada fue para Sergio García, muy lejos de los resultados esperados al entregar una tarjeta de 73 impactos, uno por encima del par del campo. En los tres últimos hoyos no supo mantener la calma y, con dos bogeys en el 16 y el 18, echaba al traste su buena trayectoria hasta el momento, con dos birdies en el 14 y el 15. El español achacaba su tropiezo al empedrado.

Aunque era algo que se esperaba, el debut de Álvaro Quirós se vio algo ensombrecido por su mal resultado, algo que por otra parte era previsible.

El de Guadiaro marchaba en penúltima posición al cierre de esta edición. Con 16 hoyos disputados había acumulado ya 71 impactos y contaba con siete por encima del par del campo.

Los primeros hoyos daban al gaditano la esperanza de poder dar la sorpresa, pues a la salida del hoyo cinco se llevaba al bolsillo un -1. Pero la situación se fue complicando poco a poco y la desventaja se fue incrementando.

El doble bogey en el hoyo 7 empezó a minar la moral del debutante, situación que se repitió en el 13 y el 16. Además, realizó sendos bogeys en el ocho, diez y doce.

Lo bueno de este estreno es que ya sólo le queda margen de mejoría al gaditano, que a buen seguro se sacará un as de su particular sombrero para tratar de remontar el vuelo.