Empanada de domingo de ramos

Siempre he creído que a la Catedral no le han puesto lo de santa por lo que tiene dentro sino por las empanadas que vende en frente Pedro Hidalgo. Esa es la razón por la que en Cádiz la Semana Santa no huele a azahar, a lo que huele es a las empanadas de Pedro Hidalgo que inundan el ambiente. Hasta he visto yo algún año al Cristo de la Santa Cena, uy perdón, de la Sagrada Cena quería decir, cuando pasa el domingo por allí guiñarle a Pedro con un ojo y decirle por lo bajini...quien pudiera tener aquí puesta una buena de atún en vez de las naranjas de plástico que nos ponen todos los años a mí y a estos doce que vienen conmigo...y te digo una cosa Pedro, entre tú y yo, uno me traicionará porque tiene la boca llena de Ketchup del Macmona.

La Semana Santa de Cádiz huele a empanadas de Pedro Hidalgo, a cucuruchos de los Italianos y hasta a choquitos de Las Flores porque que bien sientan después de ver al Nazareno...bueno y también huele a colonia. Les propongo una reflexión filosófica ¿por qué les gusta tanto a los capillitas un tarro de colonia?. Pasa uno por tu lado de chaqueta y corbata y se lleva pasando más que los penitentes de La Palma del olor que lleva el tío a Varon Dandy. Eso sí, qué bien planchaos van. Fíjense en algunos que llevan plancha o hasta el lazo blanco contra el arborto, en Cádiz se le mete una r de regalo a la palabra.

Pepe Landi en su magnífico blog el Obelix de la calle San Felix que les recomiendo como persona de comé que soy, proponía el otro día una calle para Pedro Hidalgo y sus empanadas porque es cierto que las empanadas de Pedro son la alegría de muchos niños. Recuerdo cuando mi padre me premiaba alguna buena acción regalándome una empanada de la Catedral. Siempre me gustaba empezarla por la esquinita, por el lado crujientito, donde Pedro le hace un adorno de trencitas, para después jincarle el diente al relleno de atún.. Es la filosofía de la vida, pero en empanada, alternar partes duras con partes blandas.

Ayer, que tuve oportunidad de visitar el sambódromo que monta el Ayuntamiento de Cádi Si en la Catedral, volví a entrar en la Casa de Hidalgo. Yo en vez de entrar en la casa del Señor entro en la Casa de Hidalgo. En vez de oler a incienso huela a anises, que le gusta a Pedro ponérselos a los dulces. Yo sé que la causa de que las empanadas le salgan tan buenas es que toma baños en la playa de la Caleta. Pepe Landi es ya el hermano mayor de la Hermandad de las empanadas de la Catedral y le pido el puesto de mayordomo cortador en su junta de gobierno. Me da lo mismo tener derecho a voto, lo que quiero es derecho a darle bocaos a las empanadas...lo demás me da igual, aunque me gustaría llevar una empanada a hombros con la corporación bajo masas tostaítas delante.

Hoy que Cádiz está más feliz que nunca porque llega el Despojado debemos pedir un homenaje a las empanadas de Pedro Hidalgo, que todos los pasos paren delante de su pastelería y se mezcan en homenaje a la de atún. Que el capataz toque fondo y cuando la Virgen se levante, se oiga la voz del cargador que diga: listas las de carne y más que al cielo, que vaya al horno con ella y que la ponga doradita.

Onda Pocavergüenza Cádiz transmitirá desde el sambódromo de la Catedral la Semana Santa. Nunca me pierdo como alternan los milagros de Nuestro Señor en Gesetmaní con los intermedios en los que se narran los milagros de Nuestra Señora de los Chillíos en sus misterios más pajaracosos. En este sentido les digo que estén atentos a la bronca contra la desembocadura del segundo puente que irá derivando, seguro, en movida contra el tranvía, que es el fondo de la cuestión...prepárense.

Pero cada día esos milagros de propaganda me interesan menos. Es más interesante ver en Cádiz no como se multiplican las vallas, sino como se multiplican las tapas de los bares con milagros tan celestiales como la aparición de la berza en la carta de El Balandro. Pido un grito a todos los gaditanos: ¡Vivan las empanadas de la Catedral! Qué suene Cádiz empanado. Maestro Hidalgo tome la batuta.