García Requejo corona a la Virgen de Las Penas con la fidelidad de sus devotos

«Ni la corona de la Esperanza de Triana ni la de la Macarena. Tú no necesitas pedir que te coronen. Los viñeros ya te han coronado». Con este fragmento el cofrade Andrés García Requejo «no» pidió la coronación canónica de María Santísima de Las Penas en su pregón a la Dolorosa de la cofradía de La Palma.

El joven vocero, vestido con chaqué, interpretó un texto dedicado por y para el barrio de La Viña. Un pregón que dividió en tres procesiones: la del mar, la de la calle y la del cielo. En la primera, los doce apóstoles están con Manuel, «un joven que consigue que los caleteros pesquen las caballas suficientes para que puedan tirar para delante los veranos». En la calle, se encuentra con su amiga «Dolores de San Lorenzo», que acuden a la plaza a comprar «y allí se cuentan las penas de sus casas y los dolores de sus hijos».

También en la calle, el palio de la Virgen de las Penas lleva la pena de cada una de las personas que sufre en el mundo, «de los amarillos que esperan que esperan ser liberados en el Tibet, o los negritos, como los de tu palio, que mueren en las pateras».

Y en la procesión del cielo «San Pedro se pregunta por qué todos los que faltan en la tierra se han puesto el Lunes Santo en el mismo. Y es que ese balcón da al barrio de La Viña». Un pregón que no dejó indiferente a nadie y que incluso incluyó un tanguillo dedicado a la Virgen de Las Penas que cantó el pregonero desde su atril.