EL INEM CHINO. Un grupo de desempleados hace cola para solicitar un nuevo trabajo. / AFP
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China se refuerza contra la crisis

El Gobierno de Pekín destina 464.813 millones de euros públicos para incentivar la economía

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La Asamblea Nacional Popular, el máximo órgano legislativo del régimen chino, cerró ayer su sesión anual aprobando el plan de estímulo de la economía, anunciado en noviembre por Pekín y presupuestado en 4 billones de yuanes (464.813 millones de euros).

En los últimos días se había especulado con la posibilidad de que el Gobierno aumentara el paquete de inversiones, lo que había provocado subidas en las bolsas de todo el mundo. Aunque Pekín, finalmente, no ha elevado las partidas de esta iniciativa, el primer ministro, Wen Jiabao, aseguró que «existen planes preparados y munición reservada para lanzar en cualquier momento un nuevo paquete de estímulo en momentos peores de la crisis». Todo ello con tal de que el Producto Interior Bruto siga creciendo este año a un ritmo del 8%, un objetivo que Wen consideró «difícil, pero posible si hacemos grandes esfuerzos».

Del total del paquete de medidas, 1,18 billones de yuanes (133.705 millones de euros) serán aportados por el Gobierno central, mientras que el resto corresponderá a las administraciones regionales y locales. Con tales inversiones, el régimen chino pretende incentivar la economía y crear empleo mediante grandes obras públicas en infraestructuras. Desde que estalló la crisis financiera global en septiembre del año pasado, veinte millones de chinos, la mayoría emigrantes procedentes del mundo rural, han perdido sus puestos de trabajo por el cierre masivo de fábricas que ha provocado el frenazo del consumo en todo el mundo.

Además, Pekín hará especial hincapié en los gastos sociales, sobre todo en sanidad y educación, para así fomentar el consumo doméstico y dejar de depender tanto de las alicaídas exportaciones, que volvieron a desplomarse en febrero.

Frente a estos puntos débiles de la economía, el gigante asiático atesora ya las mayores reservas de divisas extranjeras con 1,2 billones de euros, la mayoría en bonos del Tesoro estadounidense. Wen Jiabao confesó sentirse «preocupado» por estos fondos, que financian la deuda pública de Washington y su propio plan de rescate de la economía, y pidió a la Administración Obama que «mantenga el dólar estable», lo que es una velada advertencia para que no lo devalúe.

En el aspecto político, y coincidiendo con la tensión reinante por el cincuenta aniversario de la fallida rebelión que obligó al Dalai Lama a huir de Tíbet, el primer ministro le acusó de dejarse utilizar por Occidente contra China. «Es un exiliado que dirige un Gobierno teocrático traidor, que viaja de país en país por todo el mundo y es capaz de engañar a algunos mandatarios de otros estados. Algunos países occidentales también pueden explotarlo», se quejó Wen Jiabao.

En concreto, el 'premier' chino se refirió a Francia, un país con el que se han deteriorado notablemente los lazos diplomáticos a raíz de la acogida dispensada por el presidente galo al Dalai Lama el año pasado. Como Nicolas Sarkozy era en ese momento presidente rotatorio de la Unión Europea, Pekín respondió anulando la cumbre China-UE, que iba a tener lugar en noviembre del año pasado en la ciudad francesa de Lyon.

A pesar de todo ello, Wen Jiabao volvió a abrir la puerta al diálogo con los emisarios del Dalai Lama, con los que el régimen chino ya se ha reunido en ocho rondas de negociaciones que naufragaron el pasado noviembre sin que se produjera ningún avance. «Este tipo de conversaciones puede continuar. La clave es que el Dalai Lama debe demostrar su sinceridad para que los contactos puedan dar lugar a resultados sustanciales», recomendó el primer ministro, quien exigió al 'océano de sabiduría' que renuncie formalmente a la independencia de Tíbet.