CÁDIZ

La Viña resiste hasta el final

El Carnaval no entiende de reglas. Esta fiesta subversiva transgrede las normas, las escritas y las que no, y se maneja a su aire. La quema del Dios Momo debe ser el final, con el miércoles de ceniza y el inicio de la Cuaresma al día siguiente, pero siempre birla cinco diítas más al calendario. Para colmo, luego se inventa lo del Carnaval chiquito, el de los Jartibles, y se corre el riesgo de que alguna vez se plante en Domingo de Ramos.

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En los últimos años también se da un hecho curioso. Los fuegos artificiales que cierran oficialmente el Carnaval sólo son un paréntesis. El barrio de La Viña resiste hasta la madrugada.

Ayer, cientos de personas se movieron por la calle de La Palma, el Corralón, Macías Rete, La Rosa y demás calles de este popular enclave para escuchar a las mejores agrupaciones ilegales. Por allí anduvieron los perseguidos Semana cultural Versalles-Viña, Todo incluido, Guatifó y muchas más. También Los trasnochadores y otros grupos a los que siempre les gusta acabar en La Viña, como cantan en sus popurrís.

Hoy es día laborable, muchos trabajan, pero eso no fue óbice para que se marcharan a dormir muy tarde. Porque era la despedida de su semana grande. Y terminaron a su manera. A lo grande.