PREMIADOS. Álvaro Morales, el segundo por la derecha, realiza su residencia en Jerez. / L. V.
ÁLVARO MORALES MÉDICO RESIDENTE DE TRAUMATOLOGÍA DEL HOSPITAL DE JEREZ

«El Hospital de Jerez debería ser universitario, se lo merece»

Morales forma parte de un equipo premiado por investigar con células madre Buscan una alternativa a la prótesis para afecciones de cartílago en jóvenes

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La Real Academia de Medicina de Granada acaba de premiar el trabajo de investigación titulado Aislamiento e identificación de células madre del cordón umbilical para su utilización en la terapia celular del cartílago articular, del que forma parte Álvaro Morales, médico residente de Traumatología del Hospital de Jerez. Junto con otras siete personas, entre las que se encuentra un estudiante de Ubrique, Manuel Lobo, han conseguido abrir una vía en el tratamiento de patologías de cartílago, sobre todo, destinada a pacientes jóvenes.

-¿En qué consiste exactamente esta investigación?

-Las células madre se pueden extraer de muchos sitios y nosotros las hemos obtenido de cordones umbilicales. Si el parto va bien -si se complica, no se utiliza el cordón- se procesan en el laboratorio 20 centímetros. Obtenemos cuatro tipos de células madre y nos centramos en dos: una derivada de la vena y otra del tejido que le da estructura al cordón umbilical. Por un procedimiento complejo, se hace un análisis genético de las células. Por otra parte, había tomado muestras de cartílago de personas que se sometían a una cirugía de rodilla en el hospital, de las que obtuvimos una célula primaria de cartílago. Al compararlas, vimos qué cosas tienen en común genéticamente. Cuantas más cosas en común encontremos, más utilidad tendrán. Las células madre son como la harina para el pan: a partir de ellas se pueden hacer muchas cosas, como conseguir una célula sanguínea, de cartílago o de hueso.

-¿Cuál es la objetivo de este trabajo?

-Es un punto de partida para el futuro, intentamos ver si por esa línea de investigación se puede llegar a algún sitio. El trabajo intenta poner de manifiesto que las células madre podrían tener utilidad desarrollando ese campo de investigación en el futuro porque las células madre y las de cartílago tienen cosas en común importantes. Una de las células del cordón, la gelatina de Wharton, tiene un porcentaje elevado de genes en común con la de cartílago. El sentido es que si seguimos trabajando por ahí tenemos una vía para tratar la dolencia del cartílago.

-¿La incidencia de las patologías de cartílago es alta?

-Es muy alta. Hay una patología muy importante que afecta al cartílago articular que de una forma u otra tiene poca solución. Cuando al cartílago se degenera, generalmente el traumatólogo pone una protésis. En el caso de la artrosis, afecta sobre todo a mayores. Nuestro interés está más en personas jóvenes, con problemas de cartílago por un traumatismo o por determinadas enfermedades, porque les aportaría una solución donde la prótesis no es muy aceptada. No es lo ideal para una persona de cuarenta años. La prótesis no es un arreglo sino una sustitución articular. El problema es que tienen caducidad. Se degradan con el tiempo y hay que sustituirla y la cirugía, cuantas más veces sustituyamos la prótesis, más compleja es y menos probabilidades hay de que vaya bien.

-¿Cómo sienta un reconocimiento de esta importancia?

-Es el primer premio de mi vida y resulta muy gratificante. Cuando uno empieza la residencia de Traumatología se mete en una dinámica en la que resulta complicado dedicarse a la investigación. Este Hospital de Jerez debería ser universitario, se lo merece por las cosas que se hacen aquí y por los médicos que dedican su tiempo a formar a estudiantes de Medicina, pero por cuestiones no sé de qué tipo no termina de serlo. Es cierto que en este país, la tendencia de los médicos, y más los de mi especialidad, a dedicar tiempo a la investigación es muy escasa. Yo le doy el mérito al equipo del doctor Campos, que fomenta la investigación de una forma apasionada y positiva. Cuando te caes, siempre te anima. Es muy sencillo trabajar a su lado. No soy yo el premiado, estoy contento de que se gratifique a un grupo que tanto ha trabajado, que tanto tiempo dedica a la gente joven que quiere hacer algo. Entre las ocho personas que formamos parte de este equipo, hay un estudiante que tiene más mérito que yo, al que le saco seis años y ya está investigando. Además, la Real Academia de Medicina de Granada es muy respetada. Es como de catedráticos y llegas allí y te das cuenta de que eres el más joven al que le dan el premio más importante -Álvaro tiene 30 años- que conlleva el nombramiento como académico de la sociedad.

-¿Cómo está el Hospital de Jerez en cuanto a investigación?

-En Jerez intentan investigar, se anima, pero al final la investigación depende de la iniciativa personal de cada uno. El Hospital de Jerez tiene tal volumen de atención al público que el médico tiene que tener realmente interés para dedicarse también a la investigación. Tu tiempo está absolutamente comido por la labor asistencial. Es un hospital en el que se hacen muchas cosas y muy bien pero se está siempre pendiente de las necesidades, que son muchas. Y ya no sólo en Jerez, sino en este país, compaginar la labor asistencial con la de investigación siempre es complicado. No han dado claramente un impulso real a la investigación, aunque de puertas para fuera parezca que sí. No se le puede decir a una persona que de ocho a tres atienda a pacientes y que también investigue.

-En Andalucía sí se puede investigar con células madre.

-La legislación no está muy clara del todo, pero el problema viene cuando las células madre estén extraídas de fetos de embrión. Las células madres per se no tienen ninguna connotación ética, la connotación está en su origen. Si proceden de un cordón umbilical, con sus consentimientos firmados, no hay problemas ni legales ni éticos. Hemos llegado a un punto en que célula madre se identifica con problema ético y hay que puntualizar porque no está en la célula sino en de dónde se obtiene.

-En tres meses acaba su residencia. ¿Qué se plantea?

-Creo que no podría haber ido a ningún sitio mejor que a Jerez para hacer mi residencia, por trato personal y por formación. Se han preocupado por formarme de manera correcta y estoy muy agradecido. Ahora tendré que buscar empleo. La situación es complicada pero sé que hacen falta traumatólogos. Trabajo hay.

vmontero@lavozdigital.es