EN POSICIÓN. Un soldado indio apunta al hotel Taj Mahal de Bombay durante los atentados terroristas del pasado noviembre. / AFP
MUNDO

Pakistán rebaja la tensión con India

Islamabad reconoce, por primera vez, que parte de la conspiración de los atentados de Bombay se realizó en su territorio y que tiene detenido al cerebro de la operación

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Tres meses después de los atentados que costaron la vida a 179 personas en Bombay, Islamabad reconoce por primera vez que «parte de la conspiración tuvo lugar en Pakistán». Así lo declaró el ministro de Interior, Rehman Malik, que señaló a Zakiur Rehman Lakhvi, líder de la formación Lashkar-e-Taiba (LeT) -grupo cuyo objetivo es la anexión del territorio de la Cachemira india a Pakistán- como «cerebro» de la operación. Lakhvi está en prisión desde hace varias semanas, al igual que otros seis sospechosos también detenidos en suelo paquistaní. El responsable de Interior recordó que «tanto Pakistán como India sufren la agresión de los terroristas» e hizo un llamamiento para que ambos países asuman su «responsabilidad conjunta». Desde Nueva Delhi acogieron esta confesión de forma «positiva» y su Ministerio de Exteriores, a través de un comunicado, indicó que están dispuestos a «examinar» las peticiones por parte paquistaní de más pruebas y de la confesión íntegra del único detenido con vida, Ajmal Amir.

El general de la Guardia Nacional india, Jyoti Krishan Dutt, por su parte, aseguró ver la mano de «una combinación de fuerzas entre Al-Qaida, el movimiento talibán y Let» detrás de los acontecimientos de Bombay, una operación terrorista catalogada como el primer ejemplo de «yihadismo de guerrilla global» y que se alargó durante más de sesenta horas manteniendo cientos de rehenes en dos hoteles de lujo y un centro judío en el corazón financiero del país asiático.

El Gobierno paquistaní da de esta forma un paso impensable en un pasado no muy lejano, que sirve para rebajar la tensión con el vecino indio después de unos meses de incertidumbre. Un paso que coincide con la llegada de Richard Holbrooke, enviado de Estados Unidos a Islamabad y Kabul, a la región -en un viaje que también le llevó a sobrevolar la zona tribal- y que envía a la nueva Administración de Washington señales de que hay disposición a seguir colaborando en la denominada «guerra contra el terror», que en estos momentos tiene su escenario principal en la frontera entre Afganistán y Pakistán.

Nada más concluir las operaciones militares en Bombay, Nueva Delhi culpó de la acción a Islamabad, le exigió cooperación e incluso envió una lista para exigir la extradición de veinte presuntos terroristas. Los medios estadounidenses se sumaron a las acusaciones a Pakistán y publicaron que, según testimonios de miembros del Departamento de Seguridad americano, antiguos miembros del ISI, la agencia de inteligencia paquistaní, habrían sido los responsables del entrenamiento del comando que cometió los ataques y detallaron incluso los lugares donde esta preparación se llevó a cabo.

Estallido

Las ya complicadas relaciones entre los dos países vecinos se deterioraron gravemente e incluso hubo movimiento de tropas hacia la zona fronteriza, lo que hizo temer por el estallido del enésimo conflicto entre los dos eternos enemigos.

Si los terroristas de Bombay reconocieron haberse inspirado en el atentado contra el hotel Marriott de Islamabad, agentes de la inteligencia afgana declararon que investigan los vínculos entre Pakistán y los milicianos talibán que el miércoles mataron a 26 personas en tres atentados suicidas contra edificios oficiales en Kabul. «Mientras entraban en el Ministerio de Justicia antes de comenzar el asesinato indiscriminado de civiles allí, enviaron tres mensajes a Pakistán pidiendo la bendición del cerebro» de la operación, aseguró el jefe de la Inteligencia afgana, Amrulá Saleh.