VUELTA DE HOJA

Volver a clase

MANUEL ALCANTARA Actualizado: Guardar
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Algún día, cuando el tiempo cumpla su única obligación, que es pasar, nos parecerá excesivo el revuelo ocasionado por la asignatura de Educación para la Ciudadanía. ¿Por qué se ponían ustedes así? El fallo del Tribunal Supremo que rechaza la objeción debe ser acatado por todos, incluso por los padres insumisos que creen que su indudable amor está íntimamente ligado a los derechos de propiedad intelectual. Es probable que la "luz de Trento" nos deslumbrara en demasía y que eso de ser "martillo de herejes" nos hiciera pillarnos un dedo durante varios siglos.

El boicoteo a Ciudadanía está cediendo, lo que constituye una de las pocas noticias confortadoras de la última época, junto a la rebaja de las hipotecas. Lástima que no se haya ideado un euribor capaz de medir el fanatismo. Lo cierto es que se habla más de esta asignatura que durante tantos años hemos venido dejando para un intemporal septiembre que de la "crisis de los espías" o de las siniestras cifras del paro, que son las únicas que al margen de tenernos de rodillas o permitir que nos incorporemos, nos pueden poner a todos patas arriba.

Los gobiernos autónomos del PP, que hicieron causa común con la Iglesia en esa batallita por la conquista de territorios interiores, han dado una prueba de sensatez reconociendo que los niños deben volver a clase. No hay nada que les guste menos a los niños que volver, salvo entrar, pero no les pasará nada malo.

Además, "¿qué sería de los niños sin la desobediencia?" Ojalá se terminen pronto estas controversias y nos pongamos todos a otras cosas. Pasar de feligreses a ciudadanos es natural que lleve su tiempo. Lo malo es que también se lleva el nuestro.

01/30/18-26/2009 +/+30/01/2009 18:26