CRÍTICA DE TV

'Los males de la nueva tv'

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Interesa la nueva televisión? Poco. Los responsables de las televisiones no paran de quejarse. Dicen que España no está preparada para el apagón analógico previsto para abril de 2010: demasiados canales, poca calidad de contenidos, limitada apuesta por la interactividad y dificultades para financiar tanta oferta sin TDT de pago, cuando la publicidad en las cadenas desciende más del 10% en lo que va de año. Aunque eso sí, seguimos siendo uno de los países de Europa con más publicidad en la televisión.

A los espectadores tampoco parece interesarles demasiado. Sólo un 52% de los hogares recibe televisión digital a través de cualquier plataforma frente al 86% que lo hace en Gran Bretaña o el 66% en Francia. Pero además, la mayoría ve los mismos programas que en la televisión convencional. Sólo el 19% opta por los canales temáticos y la mayor proporción son niños y jóvenes, que no encuentran en la televisión convencional los mismos contenidos.

Entre ellos se encuentran los consumidores de la televisión del futuro a través de Internet y el móvil. Pero no todos los contenidos valen. Mobuzz, una de las televisiones nativas de Internet, acaba de cerrar por su escasa audiencia y menor interés publicitario. Hulu, la televisión por Internet de varias cadenas norteamericanas, comienza a ser una alternativa a la omnipresente YouTube con su oferta de series completas. Y la web de vídeo de Google reduce su apuesta por el contenido de los usuarios para ofrecer también programas de las televisiones convencionales.

La tele vuelve a ser la misma: los programas de éxito de la televisión convencional, dominados por el deporte, las series y los realities. Eso sí, como el televidente de Internet o la TDT es más joven, las series y los dibujos animados triunfan más y animan cadenas como Neox o D, según Impulsa TDT. ¿Se acabó la promesa de una nueva televisión? Los que la hacen continúan buscando las grandes audiencias con los mismos programas y a los que la ven no les interesan mucho otros géneros. Ni interactividad, ni nuevas fórmulas: más minutos de lo mismo.