MEDIÁTICA. Ségolène Royal ofrece una rueda de prensa, ayer, en Poitiers. / REUTERS
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Las bases socialistas francesas dirimen el futuro de su partido en las urnas

Ségolène Royal y Martine Aubry pelean por el primer secretariado socialista Los militantes buscan crear un nuevo PS francés para abrirlo a los jóvenes

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La reforma integral del partido, proclive a un acercamiento al centro, frente a la vieja guardia de la formación, enemiga acérrima de salirse de la ortodoxia más izquierdista. Esos dos conceptos tan dispares, personificados en la figuras de Ségolène Royal y Martine Aubry, se enfrentaron ayer en la segunda y definitiva vuelta para elegir al primer secretario del Partido Socialista (PS) francés.

Los casi 230.000 militantes que debían votar quién sucederá a François Hollande en el duelo de mujeres ya decidieron el jueves, en la primera llamada a las urnas, que el tercer aspirante en disputa, Benoît Hamon, se quedaba fuera.

En principio, Royal tenía más posibilidades de ser de nuevo aspirante a enfrentarse en 2012 a Nicolas Sarkozy, como lo hizo el pasado año, por la presidencia del país al contar con el apoyo de las bases. El 42,45% de los votos obtenidos el jueves en la cita inicial así lo apuntaba.

Pero la más mediática y conocida de las dos finalistas contaba con algunos obstáculos. El más importante, el rechazo de una parte importante del partido. Pero también el del candidato eliminado, quien pidió a los que le habían votado (22,83%) que se inclinasen por Aubry (34,73%).

Muchos apuntan a que si Royal no alcanzó el secretariado en primera ronda fue porque el alcalde de París, Bertrand Delanoë, que se apartó días antes de la carrera por el liderato del PS, llamó a sus seguidores a apoyar a su homóloga de Lille.

«El escrutinio se presenta ajustado», declaró ayer antes de votar el propio Hamon, porque «aritméticamente» y contando con el respaldo de sus votantes, la victoria sería para Aubry. No obstante, el eurodiputado precisó, en declaraciones al canal de televisión LCI, que no se podía cantar victoria por adelantado. A pesar de todo, Royal no se quedó parada y tras los resultados del jueves incluso ofreció al propio Hamon un puesto en la dirección en caso de ganar.

Tanto Royal como Aubry han avanzado que, de resultar vencedoras tenderán la mano a su contrincante, pero los analistas auguran que, sea quien sea la nueva secretaria del partido, la organización no logrará cerrar las heridas provocadas por la profunda división interna que se ha puesto de relieve en la carrera a la sucesión de Hollande y certificado en el 75 Congreso del PS celebrado el pasado fin de semana en Reims.

Tender la mano

«Si gano, tenderé la mano a Ségòlene. Será la primera a la que llamaré para decirle que no nos hemos unido en la misma línea política pero debemos estar unidas por los franceses», dijo la ex ministra de Trabajo.

«Si pierdo, espero que sea ella quien me llame y yo trabajaré siempre por mi partido», agregó Aubry, quien dio por hecha la «renovación» del partido si se tiene en cuenta que la elección de una mujer a la cabeza del mismo supone ya en sí «una revolución».

Feliz por haber recibido el apoyo de Hamon, la alcaldesa de Lille ha prometido a los militantes «cambiar profundamente» el PS , «renovar su composición, su comportamiento y sus actitudes frente a la sociedad y llevar los valores de la izquierda».

Poco antes de que Aubry pronunciara estas palabras, Royal lanzaba un llamamiento en su propio feudo a los partidarios de Benoît Hamon, al presentarse como «la garantía del cambio y del anclaje a la izquierda» pero también de la «apertura hacia todas las ideas nuevas» a la que aspiran los militantes, sobre todo «los que han votado por Hamon, a quienes ha prometido abrirse a otros equipos e integrarlos en la dirección del partido.