Cartas

Carabanchel

En un lugar para la muerte, el sacrificio y el sufrimiento pretenden construir un bloque de viviendas. Carabanchel, símbolo de la represión, del odio, del ultraje y la indignidad, ha caído bajo las sauces de las máquinas excavadoras.

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El espíritu de la transición ha dado un nuevo paso para ningunear nuestro pasado pero no conseguirán hacer olvidar nuestra memoria.

El valor, la lealtad con el estado de derecho de miles de hombres y mujeres, permanecerán siempre en nuestros corazones.

Hombres y mujeres, humildes, hijos del pueblo llano, obreros, agricultores, asalariados, que dieron su vida por unos ideales de justicia, libertad y solidaridad.

Carabanchel ha muerto pero ellos/as seguirán siempre vivos, porque su amor a España, a esa España nuestra como cantaba Cecilia, la empenzaron a construir ellos con sus humildes manos, con su valor y compromiso con una nación para todos.

Pedro José Narváez Benítez y Juan Manuel Canle Durán. Cádiz