HISTÓRICOS. Antonio Romero, José Luis Centella y Felipe Alcaraz con Valderas y Vaquero. / A. M.
ANDALUCÍA

Valderas pide reconstruir la convivencia en IU-CA como única garantía de futuro

El candidato a la reelección tiende la mano a los críticos, pero les responsabiliza de los males de la formación

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Un balance de gestión con más crítica que autocrítica y constantes llamadas a superar los desencuentros internos, sempiterno mal de IUCA, escenificada en las tensiones entre los dirigentes del PCA y el resto de formaciones que integran la coalición de izquierdas. La 17ª Asamblea Andaluza de Izquierda Unida, que se celebra hasta el domingo en la localidad granadina de Salobreña, comenzó ayer con esta perenne lucha por el control interno.

Diego Valderas, coordinador regional de IUCA y aspirante a la reelección, glosó en un extenso discurso los tres últimos años de su trabajo en los que, a su juicio, ha desarrollado una labor con más luces que sombras.

Valderas, que se disputa en este cónclave el liderazgo con el crítico José Cabrero, puso en el haber la consolidación de IUCA como la tercera fuerza política de Andalucía en un contexto que definió como difícil: la fuerte tendencia bipartidista (PSOE-PP) y el hundimiento y desaparición del PA. Pero donde más ímpetu puso Valderas fue, precisamente, en atacar las luchas palaciegas en IU-CA, porque debilitan las posibilidades electorales. Enumeró vicios acentuados de taifismo, cantonalismo e individualismo. «El ciudadano castiga a las organizaciones políticas cuando la pluralidad y la diversidad no se gestionan adecuadamente y se transmite una imagen de permanente disputa interna», acotó el coordinador regional.

Otra cuestión que ha atormentado a Valderas en estos tres últimos años ha sido la relación entre las direcciones regional y federal de IU-CA. «Madrid ha estado más preocupada de abrir espacio al llamazarismo en Andalucía, que en el desarrollo de un trabajo conjunto y coordinado», le dijo Valderas a los 568 delegados presentes.

Mirando al futuro, el coordinador abogó por reconstruir la convivencia en IU-CA como única garantía de futuro. «Estamos obligados a reflexionar para rectificar errores, porque IUCA es útil para incidir en la construcción de otra Andalucía necesaria», destacó Valderas.

Pero las llamadas al consenso del candidato se mezclaron ayer con protestas de militantes de Bollullos, Chiclana y Menjíbar que, según gritaban a la entrada del salón donde se celebra la asamblea, han sido expulsados injustamentes. La composición de la mesa del congreso, además, ha molestado mucho a las corrientes minoritarias, porque la copan dirigentes de IUCA.