Depurar y comenzar

Antes de que se construyera la planta depuradora de El Puerto, EDAR, Las Galeras, en 1994, las aguas residuales eran vertidas directamente al río Guadalete, sin ningún tipo de tratamiento.

Esta medida es considerada por cualquier persona contraproducente, pero mucho más después de visitar la planta a la que llegan las aguas fecales de toda la localidad para ser descontaminadas antes de ser vertidas en el mar. En total, se elimina el 95% de la contaminación, por lo que el agua no puede ser utilizada para uso doméstico. Acabar con el 5% restante de contaminación puede suponer el triple de coste, por lo que es prácticamente imposible llevarlo a la práctica, según explicó ayer Juan Ruiz, jefe de planta, en la visita que el consejero delegado de Apemsa, Daniel Pérez, realizó a las instalaciones.

El primer tratamiento que se realiza se lleva a cabo a través de rejas para quitar las sustancias más grandes, ya que, por "difícil que parezcan han llegado a colarse a través de las aguas fecales incluso fundas de colchones", según explicó Juan Ruiz. Éste es el principio de un complejo proceso que finaliza con el agua depurada y lista para ser vertida al mar sin contaminar.

Pero incluso la suciedad que se va extrayendo, técnicamente denominado fango, que está formado por materia orgánica, es reutilizada como abono. Hay empresas que se dedican a recoger este fango con grandes contenedores para ofrecérselos a los agricultores.

El caudal medio de agua a depurar que entra en la EDAR durante un año es de 27.000 metros cúbicos al día (hay épocas del año en que se llega a los 50.000 metros cúbicos) y aunque la depuradora tendría capacidad en proyecto para un caudal máximo de 55.500 metros cúbicos al día, "habría que irse planteando o su ampliación o la construcción de una nueva en un futuro", según Ruiz.

En los ocho primeros meses del año 2008, la contaminación total retirada de la EDAR Las Galeras fue de cerca de cuatro mil toneladas, entre fangos eliminados, arenas y grasas extraídas y residuos sólidos retirados. Durante el año 2007, la contaminación recogida fue de cerca de seis mil toneladas y en 2006, fue de siete mil toneladas.

Con estos datos, el consejero delegado de Apemsa realizó ayer un llamamiento a la población para que "apuesten por la protección del medio ambiente". Explicó que "pequeñas tareas como no tirar el aceite usado por el fregadero" pueden beneficiar notablemente la labor de depuración.