COMPÁS. Un alumno de Musicry, tocando la batería durante una clase de percusión.
Jerez

Un buen puñado de ritmos

Visitamos Musicry, el único centro de estudios musicales en Jerez donde se imparten clases de percusión y ritmos

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La batería se ha vuelto loca cuando Jaime se ha sentado en el taburete y ha comenzado a hacer una pequeña demostración. Redobles y ritmos espectaculares, sin mover apenas los brazos porque el misterio se encuentra en las articulaciones de las muñecas. «Pues aunque lo veas impresionante, todo está asentado en un ritmo muy fácil que es éste», comenta. Y vuelve a sonar la batería sin florituras. Sobria como la llanura castellana. Mientras, el alumno no cree lo que ve.

Es el único lugar donde se imparten clases de percusión en nuestra ciudad. Ni conservatorio ni escuela de música. Musicry está en el número 20 de la calle Campana, y allí es donde, cada tarde, Jaime va a reunirse con sus alumnos. Llegó por casualidad a España. Fue titular de una plaza de percusionista -era timbalista- en la Orquesta Nacional de Cuba, posiblemente el país con más ritmo del mundo. Ahí es nada.

Un grupo de la orquesta decidió formar una banda de música para bailar, y así fue como llegaron a Europa. Tocando en una fiesta nocturna en Singapur, un señor les propuso venir a un evento que se estaba organizando en Sevilla. Se trataba de Isla Mágica, donde ello tocaron durante cuatro temporadas sus salsas y sus rumbas. «Yo me vine a Cádiz hace años y aquí estoy dando clases de música y percusión», comenta el profesional.

Lo más importante para los alumnos neófitos es el aprendizaje de la técnica. «Se trata de lo más árido, pero es fundamental para saber dominar casi toda la percusión», asegura Jaime. La caja «es la piedra angular de casi todos los instrumentos de percusión que existen. Si se domina bien, tienes bastante camino andado en otras disciplinas como los timbales», argumenta el cubano.

El alumno continúa con sus ejercicios. Muy básicos y primarios, pero con la ilusión de llegar algún día a ejecutar lo que hace el maestro cuando se sienta en el taburete. La percusión es el reloj que marca a los músicos. Es la tabla por donde pasan todos los demás instrumentos. Parece que no destaca, pero sin un buen ritmo la música sería como un campo sin flores, o como un filete al que le falta la sal.