CRUCE DE CRITERIOS. Reunión de críticos en una de las habitaciones de Bahía Sur / ROMÁN RÍOS
Cultura

El FIT, detrás del telón

En el programa paralelo a la representación de las obras se reflexiona sobre la realidad del trabajo teatral de los países participantes

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¿Se perdió en la mitad de la declamación del poema El sueño de Sor Juana Inés de la Cruz? ¿Comparte los problemas sociales que se denuncian en Argelino servidor de dos amos? ¿Conoce la realidad del trabajo escénico en países como Colombia o México? En todas las artes el proceso de creación se completa con una respuesta, a veces en forma de silencio, por parte del público al que va dirigida la obra. Más aún en el teatro, desde sus orígenes una forma de vida que implica un cuestionamiento de la realidad política, social y cultural de la sociedad en la que se desarrolla y que, por ello, precisa de una renovación y enriquecimiento constante.

Para atender esta necesidad, el Festival Iberoaméricano de Teatro de Cádiz programa cada año un calendario de actividades paralelas a la representación de las obras reunidas en las que se estudia, cruza, expone y debate la otra cara del teatro, la que se forja fuera de los escenarios.

Los foros de debate con las compañías participantes pretenden ser un encuentro improvisado, un canal de comunicación entre creadores y público que sirva para que se «recuerde a ese grupo más allá de su obra y se sigan estudiando, ya que casi todos las compañías de Hispanoamérica comparten los mismos temas y búsquedas» resumía Mercedes Ruiz, una de las críticas presentes en el FIT.

El compromiso a escena

Por su parte, el XII Encuentro de Mujeres de Iberoamérica en las artes escénicas ha recogido en esta edición, bajo el título de El compromiso a escena, las experiencias de un puñado de mujeres que utilizan el teatro como una herramienta de denuncia de los problemas sociales que plagan sus países de origen. «Es un trabajo extraordinario de resistencia el que ejercen estas personas, que tienen que hacer frente a violaciones sexuales, amenazas y a la violencia de las guerrillas, de las mafias de narcotráfico...», comentó una de las coordinadoras del encuentro, Diana Raznovich, a su término.

El apartado científico de este otro festival se compone de tres sesiones del foro cruce de criterios, en el que un grupo de críticos expone el background de la escena a través de las diferentes temáticas que se exponen en la muestra. La creación, edición y distribución de las obras teatrales se someten a examen en estos días de encuentro.

La confrontación de discursos sirve para crear un espacio en el que los trabajadores y lectores de publicaciones del circuito latinoamericano se conozcan, reciclen su pensamiento y aprehendan los múltiples rasgos característicos en el que coincide su realidad profesional.

Y es que las revistas teatrales abundan en los países iberoamericanos a pesar de las trabas económicas y políticas. La salida a la luz de una publicación es entendida como un momento «mágico» para Juan Pablo Ricaurte, director de la revista cubana Tablas. «Cuando me preguntan cómo lo hago digo, hoy no sé, mañana les digo. Y es que criticar también es creación, por eso se produce tanto», defiende. Las plateas empiezan a hervir.