ESPERANZA. Algunos de los isleños que cada mañana acuden a las puertas de las obras del tranvía para pedir trabajo.
SAN FERNANDO

La ilusión, a las 7:30 horas

Ocho personas acuden cada mañana desde hace dos meses a las obras del tranvía para pedir trabajo

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La crisis económica y la subida de las cifras del paro están asfixiando a las ciudades españoles. Una situación que también padece San Fernando pues cada mes se alargan las colas de las oficinas del Servicio público de Empleo Estatal (INEM) situadas en la avenida Almirante León Herrero. Por ello actuaciones como la del tranvía es vista por los isleños como una oportunidad para salir del mal momento.

Desde hace dos meses ocho personas se reúnen a las siete y media de la mañana en la Alameda Moreno de Guerra para hablar con el encargado de la obra con la esperanza de que haga falta personal y puedan regresar a casa con un trabajo, algo que por el momento no ha ocurrido.

Juan Aragón, Juan de Dios Pavón, Juan Carlos Mora, Carmelo Aguilar y Joaquín Alcolea, son algunos de los que no faltan a su cita diaria con la ilusión por ponerse «uno de esos petos amarillos para estar dentro de las rejas en vez de permanecer fuera».

Juan Aragón explica que «siempre estamos hasta la una y luego regresamos a las seis de la tarde. La intención es demostrar nuestro interés para que en el momento que haga falta más personal metan a alguno de nosotros».

Su petición se encuentra dentro de las declaraciones que hizo el alcalde de la ciudad, Manuel de Bernardo, de que el tranvía traería puestos directos de empleo a San Fernando. Sin embargo, hasta ahora «sabemos que hay cinco isleños y los demás son de fuera, que no tenemos nada en contra pues también tienen derecho, pero el alcalde dijo que el 50% de los trabajadores serían de la ciudad y eso no se está cumpliendo», afirma Juan.

Su situación comienza a ser complicada ya que las letras del coche y de la hipoteca «aprietan cada vez más», pero no pierden la esperanza. Al menos para Juan Carlos Mora es «lo único que nos queda. No estamos ni realizando protestas ni exigiendo nada, tan sólo venimos como se hacía antes para que un día te señalen con el dedo y pases a formar parte de la cuadrilla. No tenemos ningún tipo de reproche con el Ayuntamiento de hecho parece ser que el alcalde nos atenderá dentro de poco, ni con la empresa ya que nos reciben con buenas maneras pero pedimos ayuda y mostramos nuestro interés para trabajar».

Ese es el principal objetivo de acudir cada día a las obras «que reconozcan nuestras caras». Esta semana esperan que se produzcan novedades ante la ampliación de las obras en la Ardila y con la posible cita con el alcalde. De todas formas hoy volverán a presentarse ante las obras para pedir trabajo.