David Cameron, se dirige a los asistentes al congreso de la formación 'tory' en Birmingham. / AFP
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Cameron viste de laborista para la reforma social

El congreso de los 'tories' promete mano dura contra los abusos al Estado

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El líder conservador británico, David Cameron, afirmó ayer que los partidos políticos de Reino Unido no se dividirán al encarar la crisis financiera, como ha ocurrido en Estados Unidos, en un mensaje de urgencia a la conferencia anual de los tories, que se celebra en Birmingham. «En Gran Bretaña estamos juntos ante este problema. En Gran Bretaña permanezcamos juntos y juntos encontraremos el camino hacia delante», dijo Cameron.

Su breve discurso, que no estaba previsto en la agenda, respondía a la alarma creada por el rechazo del Congreso de EE UU sobre el plan financiero de emergencia y también como un recurso necesario para que la reunión del partido no pareciese irrelevante y alejada de la realidad. Señaló, tras su mensaje de estadista, que los tories ya podían seguir debatiendo los asuntos de su agenda.

El descalabro financiero ya había aconsejado a los conservadores evitar las expresiones de triunfalismo por sus victorias electorales recientes o las magníficas perspectivas que les dan los sondeos. Su líder quiso ayer subrayarlo cuando la agenda de la conferencia ofrecía una jornada dedicada a la reforma social, un asunto que aparentemente no tenía mucho que ver con las grandes preocupaciones mundiales.

Bajo los despliegues dedicados a la crisis, los medios británicos informaban ayer de que, en el barrio de Ladywood, en Birmingham, el 81% de los niños son miembros de familias en las que los adultos no tienen empleo remunerado, reciben la máxima asistencia de la Seguridad Social y viven en la pobreza, entendida como tener una renta familiar de menos de 13 euros al día. Es el mayor porcentaje del país.

La zona es uno de esos lugares crecidos junto a los centros de las ciudades industriales británicas. Está muy cerca del agradable barrio de los joyeros, cerca también de Lozell, donde hace un par de años hubo graves enfrentamientos entre comunidades caribeñas y asiáticas, y de otros barrios donde bandas juveniles disputan con pistolas o navajas sus territorios, de tribu o de comercio de drogas.

Raymond Price, de 31 años, es cocinero y uno de sus empleos es llevar la cantina del centro social en la iglesia anglicana de San Juan, que preside el paisaje sin gracia del Ladywood diurno. «Yo nací en aquellas casas -decía ayer Price- pero ahora no traería aquí a mi hija de once años, que vive con su madre en Bournemouth. Esto está aislado de todo, los críos no tienen nada que hacer y cuando llegan a la adolescencia están llenos de maldad».

Explicaba que ya no vive en el barrio ninguno de los amigos con los que creció, que no hay ningún sentimiento de comunidad, porque cada uno viene de un lugar distinto, que cada uno va a lo suyo, que las familias están rotas...

Problemas complejos

El asunto de Ladywood no tenía que ver con la gran crisis financiera, pero sí con el enfoque consensuado de los problemas sociales, porque las políticas conservadoras o laboristas se diferencias cada día menos sobre los problemas de fondo de la sociedad británica. James Hutchings, que es concejal en el Ayuntamiento de Birmingham, cree que los problemas de Ladywood son complejos: «Creo que hemos creado una cultura de la asistencia social por la que los jóvenes saben que hagan lo que hagan en la escuela recibirán subsidios. Y eso hace que no tengan que esforzarse en la escuela. Es un círculo vicioso. Los laboristas dijeron que iban a romper esa cadena de subsidio a cambio de nada, pero no lo han hecho. Creo que tendremos que intentarlo, aunque suene un poco duro», señala.

Cuando Hutchings dice la palabra harsh, fuerte o duro, dos mujeres que escuchaban la conversación levantan la mirada para observar las reacciones. Y es que los conservadores de Cameron, que hablan de la compasión y de la sociedad rota, ya no intentan epatar a los demás con su dureza.

Pero ¿viven en una ficción? Los ministros laboristas han prometido, en repetidos alardes de mano dura, suprimir, por ejemplo, el subsidio a la vivienda a quien no busque trabajo activamente. No lo hicieron. ¿Podrán hacerlo los conservadores? ¿Hay empleos en Ladywood? «Siempre hay empleos, en la educación o la sanidad, que no requieren gran cualificación», dijo James Hutchings.