Magdalena Álvarez: «Dígalo fuera y verá cómo le pongo en los tribunales»

El Partido Popular logró sacar ayer de sus casillas a la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, en la sesión de control al Gobierno. Tanto, que llegó a amenazar al diputado Andrés Ayala con llevarle a juicio por acusarla «sin pruebas» de haber filtrado el informe preliminar sobre el accidente del avión de Spanair a los medios de comunicación. «Dígalo fuera -dijo envalentonada- y verá cómo le pongo en los tribunales».

El rifirrafe entre Álvarez y los diputados populares se convirtió en el momento más agitado de toda la sesión plenaria de este miércoles tanto por el fondo como por las formas empleadas a uno y otro lado del hemiciclo. La responsable de Fomento mantuvo a duras penas la calma tras el primer envite de la diputada canaria Mari Carmen Guerra, que le acusó de emplear un «discurso mezquino» para hablar del siniestro que costó la vida a 154 personas, le hizo responsable directa de la permeabilidad de la comisión de investigación y le dedicó piropos como el siguiente: «no le voy a pedir su dimisión porque es la alegría de la huerta de un Gobierno mediocre».

Álvarez replicó que la comisión es totalmente independiente, que los responsables de su funcionamiento son sus propios integrantes y endosó al secretario la responsabilidad de cualquier práctica dudosa. «Es quien distribuye las tareas y decide también a quién y qué información remite», se exculpó.

Sus palabras cayeron en saco roto porque Ayala cogió el relevo a su compañera de partido y, con un fax con el informe preliminar enviado a los medios de comunicación y el sello de uno de los departamentos de Fomento en la mano, reiteró la recriminación. «Las filtraciones han sido su estrategia para desviar la atención de los fallos en la gestión del accidente del 20 de agosto y sobre el que usted tenía una responsabilidad ineludible», dijo.

El lapsus

La ministra, puesta en pie desde su escaño exhaló: «Voy a respirar dos veces antes de contestar». Ayala escuchaba desde su escaño con sonrisa irónica. Y la bancada popular rugió en cuanto la titular de Fomento cometió un lapsus y en lugar de exigir respeto hacia el Parlamento lo hizo hacia las filtraciones. «Me he equivocado señorías, sí, me equivocado, ¿pasa algo? Me he equivocado, ya está», dijo rauda en el mismo tono que le ha granjeado la fama de política aguerrida. En su artillería llevaba un dardo para el PP, al que arrojó la gestión del accidente del Yak-42 y, en el mismo saco, las «mentiras» del atentado del 11-M y las armas de destrucción masiva en Irak.

Álvarez insistió en distanciarse de los trabajos de la comisión, compuesta por dos miembros propuestos por su ministerio y siete en representación de pilotos, controladores ingenieros aeronáuticos, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Centro de Instrucción de Medicina Aeroespacial, Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial e Instituto de Meteorología. Y restó valor a las dimisiones producidas la semana pasada. «Sólo fue una -dijo en referencia a la del piloto Valentín Villarreal- y no fue aceptada».