Jerez

Radiografía de un desengaño

Los vecinos de San Juan de Dios esperan que el Ayuntamiento cumpla su promesa y lleve a cabo la remodelación integral del barrio que prometió hace ya más de cuatro años

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En estos últimos cuatro años mucho se ha contado sobre el proyecto de remodelación integral que el Ayuntamiento tiene previsto llevar a cabo en el barrio de San Juan de Dios. Y es que, a pesar de las promesas, las visitas de los políticos a la zona y de las decenas de reuniones mantenidas para abordar este asunto, el proyecto parece estar totalmente bloqueado debido, según el Consistorio, a que aún no se ha aprobado el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).

Una situación que para la mayoría de los vecinos de esta zona es un tanto incomprensible, ya que «antes, en 2004, cuando la antigua Gerencia de Urbanismo comenzó la edificación de la primera fase del proyecto, no hacía falta que el nuevo PGOU estuviera aprobado, con el actual se podía edificar. Pero cambió el Gobierno local, pararon las obras y ahora nos dicen que eso no es así, que no se pueden construir las nuevas viviendas hasta que haya un PGOU nuevo», comentan en el barrio con notable indignación.

El sentir general de los vecinos de San Juan de Dios es el de la decepción. Hablan de engaños y de un abandono total por parte de la Administración que aseguran no entender. No quieren señalar a nadie con el dedo pero insisten en que «teníamos un proyecto de futuro, algo que se estaba haciendo y ahora no sabemos que va a pasar ni cuando. Vivienda cambió el Plan inicial que hizo la GMU de Pacheco y nos pareció bien, ya que nos aseguraban que tardarían menos tiempo en arreglar la barriada. Nos dieron nuevos plazos, en 2010 finalizarían toda la rehabilitación y nos volvimos locos de alegría. Ahora nos dicen que el proyecto ha cambiado de nuevo y que ya no se pueden hablar de fechas, que tal vez las obras empiecen en 2009 o no. Y nosotros ya no podemos esperar más», indican desde la asociación que preside Ángel Loreto.

No pueden esperar más, porque hay muchos jerezanos que habitan en San Juan de Dios que necesitan nuevos pisos. Las viviendas de este barrio son pequeñas (apenas 45 metros cuadrados), de dos plantas (salón-comedor y cocina abajo, mientras que en la planta de arriba hay un cuarto de baño y dos dormitorios) y con unas escaleras demasiado empinadas y estrechas que unen amabas zonas. Todo ello sin contar con que los edificios son de tres plantas sin ascensor y que la mayoría de los vecinos de este barrio son personas mayores.

Así, el número de personas atrapadas en sus casas -que no pueden salir de sus viviendas por problemas de movilidad- va a aumentando de forma alarmante «sin que nadie haga nada por evitarlo». «Cuando nos dijeron que nos iban a cambiar nuestros pisos por otros nuevos más cómodos y preparados, a muchos se les abrió el cielo porque parte de su calvario diario iba a desaparecer. Pero las obras se han demorado tanto que hay vecinos que ya no podrán ver cómo queda la barriada porque han muerto», señalan desde San Juan de Dios.

Tras la última reunión que estos jerezanos tuvieron con Antonio Fernández Ortega, delegado de Viviendas, los residentes en esta barriada han decidido dejar de esperar con los brazos cruzados. Todos tienen familiares o alguna persona cercana con problemas de movilidad que «no puede vivir con dignidad porque en estos pisos no es posible». Así que se han organizado a través de su asociación de vecinos y ya han colocado pancartas en todo el barrio como primera medida de protesta.

«Nuestro principal malestar es el retraso que llevan las obras de la segunda fase. Dicen que es por el PGOU, pero podrían haber hecho una modificación puntual en el actual como hicieron con Ikea. Lo que ocurre es que esto es una barriada de trabajadores y no le interesa al Ayuntamiento. Y claro, Ikea es Ikea. Es más, el propio delegado de Vivienda nos dijo que las modificaciones puntuales sí se han hecho para Ikea pero que para nosotros no se hará, que nos olvidemos de esa idea», explica con notable malestar el presidente de la asociación de vecinos.

Por todo ello, «y visto que desde el Ayuntamiento no pretenden acelerar nada para que esta barriada mejore lo antes posible», el pasado viernes más de un centenar de vecinos decidieron organizar una serie de protestas que finalizaran cuando «Vivienda, Urbanismo o quien sea muestre una voluntad real de esta situación va a cambiar». El primero de estos actos tendrán lugar mañana martes a las 19.00 horas en la misma barriada y consistirán en «una pequeña manifestación que recorrerá las calles del barrio en dirección a la primera rotonda que hay a la entrada de San Juan de Dios. Luego volveremos al centro del barrio y leeremos un manifiesto», asevera Ángel Loreto.

«Queremos hechos, no palabras», insiste una de las mujeres del barrio. «Y que nos atiendan cuando solicitamos a algún delegado que visite la zona o que nos ayude con algún problema. Llevamos meses intentando, por ejemplo, que África Becerra, la responsable de Medio Ambiente, pasee por aquí y vea que en San Juan de Dios vivimos rodeados de ratas. Que se cuelan en nuestras casas y que son peligrosas para nuestros hijos», recalca otro grupo de mujeres. Y es que desde que se tapiaron los viejos bloques de la primera fase que aún se mantienen en pie (y que es donde se debería estar construyendo una nueva tanda de pisos), los insectos, las ratas y las culebras se han convertido en los nuevos inquilinos de estos inmuebles.

«¿Por qué nos tienen olvidados? Eso yo no lo sé, pero deberían pensar que San Juan de Dios es una barriada donde viven muchas familias, de muchas ideologías distintas y que con la actitud que tienen con nosotros lo único que están consiguiendo es que día tras días nos sintamos defraudados con aquellos políticos a los que muchos apoyaron en las elecciones», subrayan en el barrio.

Y mientras esperan a que los trasladen a nuevos edificios que reúnan todas la prestaciones necesarias para vivir, en la calle Micaela Parada uno de los inmuebles del bajo está siendo rehabilitado para que se asiente de forma temporal en él una familia. «Eso es algo que tampoco entendemos. Si van a tirar estos pisos, ¿cómo es que están arreglando alguno de ellos para dárselo a otra familia y que ésta se asiente en el zona? Es un poco contradictorio, ¿no?», pregunta el representante vecinal de la barriada.

Después de un corto paseo por las calles de San Juan de Dios y de escuchar historias como las de Manuela, Angustias, Dolores o Isabel queda claro que en este barrio la sensación de abandono es más que una realidad para sus vecinos.

braguilar@lavozdigital.es