«Sé que vienen a por mí»

Hace casi tres meses que Juan Manuel Rosado está padeciendo un problema que le quita el sueño. Afincado en San José del Valle, Rosado es propietario de una empresa de transportes cuyos camiones vienen sufriendo una serie de daños valorados ya en 4.000 euros. Como ha relatado el afectado, todo comenzó el 6 de junio, a raíz de la huelga de transportistas. Ese viernes previo al inicio de las movilizaciones los ánimos ya estaban caldeados, y algunos propusieron que los camioneros adelantasen los paros, por lo que el empresario se dispuso a secundar una huelga improvisada.

Sin embargo, cuando esa mañana fue a visitar a sus compañeros se percató de que todos estaban trabajando, por lo que él también se decidió a ponerse manos a la obra. Esa misma noche tras su jornada laboral, dejó aparcados dos de los camiones en la gasolinera del pueblo y al día siguiente se encontró con que alguien les había destrozado los faros y los espejos, además de cortar algunos cables de los vehículos. Aunque el suceso supuso para el perjudicado un serio contratiempo, decidió no darle demasiada importancia achacándolo a los piquetes de la huelga, por lo que nisiquiera denunció lo ocurrido.

Dos meses más tarde, aproximadamente el 6 de agosto, uno de sus semirremolques aparcado frente al cementerio sufrió otra serie de daños importantes. En aquella ocasión, cortaron el cable del toldo corredero del vehículo de más de 30 centímetros de largo. Rosado tampoco optó por denunciar la fechoría porque «dado que es un cable de un móntón de metros y como cerca había una obra, pensé que a alguien le habría hecho falta». Pero el 24 de agosto sus camiones fueron otra vez el blanco de los destrozos, por lo que la condescendencia y suspicacias del principio se tornaron en verdadera preocupación.

¿Venganza personal?

«Esta vez aparqué los cuatro delante de la gasolinera y me encontré que con un punzón habían hecho pinchazos en el 90% de las ruedas. Ya sí que lo he denunciado y está investigándolo la Guardia Civil». Tras las primeras pesquisas, la Benemérita se ha dirigido al empresario para que éste intente dilucidar quién puede estar detrás de los hechos o cuáles pueden ser las personas que por algún motivo pretendan hacerle daño.

«Me han dicho que piense si me he disgustado con alguien, pero la verdad es que no se me ocurre nada, no tengo ni idea de quién puede ser. Sólo han hecho daño a mis camiones, al menos en San José del Valle, por lo que está claro que van a por mí. Tal vez me tienen envidia o coraje por algo, no se sabe. A veces pasa lo más mínimo y ya te cogen manía, al menos eso es lo que me ha dicho la Guardia Civil».

El caso es que Rosado comienza a temer por su seguridad, y ha empezado a tomarse mucho más en serio el problema, que además ha supuesto un descalabro importante para su bolsillo. Por ello, asegura que tomará unas medidas adicionales de seguridad que, aunque lógicamente no ha querido concretar, confía en que den sus frutos y contribuyan no sólo a que cesen los actos vandálicos, sino también a que se identifique a sus impulsores.

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