EN LAS CALLES. Decenas de osetas celebran el reconocimiento ruso de su independencia. / EFE
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Londres ultima una coalición de defensa

Reino Unido, seguramente por encargo estadounidense, pretende liderar el movimiento de oposición a Rusia tras las crisis de Georgia, Osetia del Sur y Abjasia. Pero tampoco Francia, o mejor dicho Nicolas Sarkozy, quiere perder protagonismo.

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El ministro de Asuntos Exteriores británico, David Miliband, se encuentra en Ucrania para mantener una serie de encuentros de alto nivel dirigidos a erigir «la mayor coalición posible contra la agresión» del Kremlin. Miliband llegó ayer a la antigua república de la URSS ante el creciente temor de que se convierta en el próximo objetivo de Moscú. El jefe del Foreing Office instó a Rusia a «respetar las normas internacionales» y a dejar de añadir «más fuego a una situación ya tensa».

«Apoyamos la independencia de Georgia y su integridad territorial, que no puede ser cambiada por decreto por Moscú», subrayó. Por ello, calificó de «injustificable e inaceptable» la declaración del presidente ruso, Dmitri Medvédev, que reconocía la independencia de Osetia del Sur y Abjasia. «Tiene una gran responsabilidad en no iniciar una nueva guerra fría».

«Inaceptable»

Sarkozy, herido en su orgullo después del fracaso cosechado en su intento de mediación con Moscú en el conflicto armado de Georgia, quiere volver a la primera línea. Ayer trató de ser más duro que nadie y calificó de «inaceptable» el reconocimiento ruso a las regiones separatistas. «Tiene como objetivo el cambio unilateral de las fronteras», indicó.

Advirtió al Kremlin de que esta situación puede determinar «para mucho tiempo» las relaciones entre Rusia y la UE. «En Europa nos hicieron falta siglos de enfrentamientos y dos guerras mundiales para entender que la paz y la prosperidad se construyen con vecinos cuyos intereses son respetados y tomados en cuenta», recordó a Medvédev.

Desde la OTAN, los embajadores de los veintiséis miembros denunciaron que Rusia «viola muchas resoluciones de la ONU al no respetar la integridad territorial de Georgia».