EN LA CALLE. Imagen de niñas jugando en la plaza Antonio Ulloa, en pleno corazón de la barriada La Paz. / MIGUEL GÓMEZ
CÁDIZ

¿Donde jugarán los niños?

Los vecinos denuncian que las motos pasan a gran velocidad por las zonas en las que juegan los pequeños en verano

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La canción del conocido grupo mexicano Maná, ¿Donde jugarán los niños? cobra especial sentido este verano en la barriada La Paz. Es una pregunta que se hace cada día el presidente de la asociación de vecinos Los Corrales, Francisco Del Río, cuando ve a los adolescentes dándole al balón en plena calle ante la imposibilidad de hacerlo en los colegios y pabellones del barrio porque «están cerrados por vacaciones».

Así, por ejemplo, a las puertas de la misma entidad, en la calle Antonio Ulloa, se concentran a partir del mediodía pequeños de diferentes edades para corretear y saltar, «mientras el pabellón deportivo Gadir, el colegio del mismo nombre y el campo municipal anexo a la asociación de vecinos Buena Vista permanecen cerrados», lamenta Del Río.

La situación ha generado más de un conflicto vecinal, según reconoce el titular, porque «los chavales tiran la pelota contra las fachadas y los residentes de los bajos reclaman tranquilidad». Asimismo, en las plazas o demás espacios abiertos de la barriada La Paz también se organizan espontáneos partidos de fútbol con «la consiguiente molestia para los peatones y las personas que descansan al cobijo de algún árbol».

El problema se hace aún más grave debido al tránsito de las motos por las aceras y zonas peatonales donde estos pequeños juegan. Una costumbre que, como dicta el popular refrán, se ha hecho casi ley en la barriada. Tanto, que «ahora esta maniobra la empiezan a practicar algunos conductores de vehículos», según Antonio Gamboa, un comerciante del área. «Cualquier día vamos a tener una desgracia porque estos jóvenes circulan rápido con las motocicletas y haciendo caballitos», agrega indignado Del Río.

Policía de barrio

Con el objeto de «solucionar el problema antes que sea demasiado tarde», el titular vecinal ha remitido un escrito esta semana al concejal delegado de Participación Ciudadana, Jesús Tey, solicitándole que «se abra la zona no cubierta del colegio Gadir durante las mañanas para que los niños del barrio tengan donde jugar estas vacaciones».

Del Río también hace saber a Tey que la implantación de la Policía de Barrio sería una de las medidas que pondría freno, nunca mejor dicho, al tránsito de las motos por las aceras, aumentando así la seguridad. Una figura que «también serviría para poner fin al vandalismo de jóvenes de fuera del barrio que en más de una ocasión han ocasionado destrozos en el mobiliario urbano, especialmente en las papeleras y en los bancos de madera», aclara Francisco Del Río.

jmvillasante@lavozdigital.es