DOCE AÑOS DE HUIDA

Karadzic cae en el momento idóneo

Las teorías de la traición y de la oportunidad política presiden la detención del líder intelectual de la limpieza étnica de Bosnia-Herzegovina

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'El carnicero de Sarajevo' era ahora una especie de Papa Noel beatífico, un gurú de la medicina alternativa que atendía una consulta naturista privada en Belgrado y daba conferencias. Radovan Karadzic, el líder de los serbios de Bosnia, buscado desde hace trece años por el Tribunal de La Haya acusado de crímenes contra la humanidad, fue arrestado en la capital serbia la tarde del lunes. Según algunas informaciones, en un autobús de línea.

Ahora se llamaba Dragan Dabic e, irreconocible a sus 63 años, su verdadera identidad era ignorada por quienes le trataban. Esto quizás era necesario últimamente, pero durante años paseó con toda tranquilidad por las zonas rurales de Bosnia, por Belgrado y ante las narices de las tropas de la OTAN. Por alguna razón y cálculos políticos alguien ha decidido finalmente que podía ser arrestado. Según los tiempos de la ley serbia, pasarán al menos nueve días antes de su segura extradición a La Haya. El Gobierno de Belgrado lo anunció a las once de la noche del lunes de forma escueta. Había sido «localizado y arrestado».

Ayer dio algunos detalles más, como la nueva identidad e imagen de Karadzic, pero el resto sigue siendo un misterio. Su hermano Luka llegó a medianoche a visitarle y también su abogado. El letrado dio una versión distinta: Karadzic habría sido detenido el viernes. Según contaba ayer el diario populachero 'Blic', fue capturado a las nueve de la noche en un autobús que une los barrios de Nuevo Belgrado con Batjanica. Otras fuentes sitúan la operación en Vracar, en pleno centro y zona de embajadas. Según 'Blic', los servicios secretos lo tenían bajo vigilancia desde hace un mes y esperaban el mejor momento para intervenir. El viernes habría comenzado la operación. El responsable de la cooperación con La Haya, Rasim Ljajic, confirmó ayer que Karadzic fue localizado el viernes en un autobús, pero explicó que los agentes lo encontraron cuando seguían la pista de Mladic, el otro criminal de guerra más buscado.

En cambio, para 'Política', el diario más prestigioso, la información pudo llegar desde La Haya. Su relato apunta a que Karadzic vivía entre Kosutnjak y Topcider, dos barrios residenciales de las afueras, con villas lujosas, clase adinerada y residencias diplomáticas. Esto recuerda que hace unos años fueron hallados muertos dos soldados en esta zona, un caso nunca resuelto y que ya entonces se asoció a que podían haber sido liquidados por haber reconocido a Karadzic. Por último, 'Política' señala que llevaba una maleta y podía estar a punto de escapar. Según su hermano, el detenido se negó a hablar, rechazó las acusaciones y no quiso comer. Luka Karadzic ha sido el primero en hablar de «traición», tal como se sospechaba. Alguien del círculo cercano a Karadzic podría haber dado la pista a la Policía. De este modo cae uno de los hombres más reclamados por la Justicia en el mundo, aunque seguramente no el más buscado. Quedan otros dos: sobre todo el general Ratko Mladic, de 65 años, su brazo ejecutor, y Goran Hadzic, de 49, que dirigió la limpieza étnica en Croacia.

Acercamiento a la UE

Es un gran paso en el acercamiento de Serbia a la UE, pues la plena cooperación con el Tribunal de La Haya es la condición indispensable para su integración, y es otra pieza más que completa la lenta transición del país hacia la normalidad. Porque una parte importante de los serbios, si no la mitad, que votan al Partido Radical, pueden pensar como el secretario general de esta formación, Aleksandar Vucic. Ayer calificó la noticia de «espantosa para Serbia», definió a Karadzic como «héroe nacional» y alertó de que el país «está en vías de desaparición».

De la misma manera, el Partido Socialista (SPS), la formación de Slobodan Milosevic ahora reciclada en el Gobierno, llegó a desmentir que la Policía serbia participara en el arresto, pues su líder, Ivica Dacic, es el ministro de Interior y sus seguidores podrían pensar que ellos habían tenido algo que ver. Karadzic podía acabar cayendo, por la fuerza de los acontecimientos, pero no debía darse por descontado. El momento está bien elegido. Belgrado está medio vacío por las vacaciones. El Parlamento se cerraba el lunes.

Al día siguiente, ayer, se reunían los ministros de Asuntos Exteriores de la UE, para poder dar el beneplácito al Gobierno serbio. El nuevo Ejecutivo del europeísta Boris Tadic, sufrido vencedor de las elecciones de mayo, se acaba de sentar hace dos semanas tras forjar una complicada alianza con los socialistas y podía dar por fin el paso. Tadic es uno de los pocos políticos serbios que nunca tuvo relaciones con Karadzic, pues en el fondo siguen los mismos de siempre, y ha tomado una decisión cuyo precedente más similar puede ser la entrega del ex presidente de Serbia Slobodan Milosevic en 2001. Menos de dos años después fue asesinado el primer ministro serbio que lo autorizó, Zoran Djindjic. Tadic es su sucesor y se está jugando el pellejo. Belgrado estaba ayer visiblemente lleno de policías, por lo que pudiera pasar. Por la noche, medio centenar de jóvenes de Obraz, el grupo ultranacionalista, se habían manifestado ante el Tribunal Especial para los Crímenes de Guerra para protestar por el arresto. Una decena fueron detenidos. Ayer por la tarde este grupo protagonizó nuevos incidentes. La captura de Karadzic es uno de esos movimientos sísmicos que nunca se sabe lo que puede desencadenar en los Balcanes, aunque los últimos precedentes, como la independencia de Kosovo, han pasado sin causar destrozos, de momento.