Levante en calma

El pasado sábado amainaba el levante y algunos jerezanos se atrevían a salir a las calles de la ciudad a disfrutar del frescor de la tarde. Comenzaron a proliferar algunas familias para pasear hasta la Plaza del Arenal y así dar media vuelta y volver al punto de salida. Alfredo pasea con su señora y tres pequeñines. «Hemos salido de misa en San Francisco, y ahora pretendemos dar una vuelta. Cualquier cosa antes de volver a casa», afirma. Su señora está de acuerdo a tenor de la complicidad que se describe en su semblante. «La tarde está estupenda. Se ha parado un poco el levante y es agradable dar un paseo», apostilla.

Mientras, los chicos corretean por alrededor de la fuente del Arenal. «Hoy ni tan siquiera hemos podido ir a la playa, con el levantazo que ha hecho durante todo el día, cualquier cogía caminito a la costa», prosigue Alfredo.

En la esquina de la Farmacia está La Ibense y sus veladores. La noche invita a tomar un helado. Es justamente lo que hace Carmen junto a su marido José. Se trata de una veterana pareja que ha aprovechado lo agradable de la tarde para darse una vuelta por la ciudad. «Es lo mejor que podemos hacer, hijo -comenta Carmen-. Tenemos a los nietos de viaje de vacaciones. Así que nos hemos venido al centro a tomarnos un heladito». José asiente y añade que «la noche está estupenda. Menos mal que se ha calmado el dichoso viento de levante. A mi me pone malo, la verdad».

Ambiente

Dejamos a la parejita a que sigan con sus cosas. Los bares de la calle Larga tienen también buen ambiente. Se observan, sobre todo, a los turistas que descubren la ciudad a la vez que al levante, tan unidas ambas cosas. La noche ha llegado de pronto y la temperatura se nota que ha descendido. Ya apenas quedan familias con pequeños corriendo. Sin embargo, alguien dice que «no las tengamos todas consigo. Se trata de un levante en calma».