Sociedad

Un estudio afirma que la Luna pudo tener agua hace 4.500 millones de años

Érase una vez en el Sistema Solar recién nacido, hace 4.500 millones de años, milenios arriba, milenios abajo, que un cuerpo celeste del tamaño de Marte chocó contra la Tierra, que entonces era más grande que ahora. El tráfico debía ser muy pesado y caótico en un sistema planetario en formación. Producto de aquel siniestro, nuestro planeta perdió un buen pedazo. Tanto que la quincuagésima parte de su masa salió despedida por el espacio, hasta que las fuerzas gravitacionales se equilibraron y aquella tierra de nuestra Tierra quedó anclada en órbita en torno a nuestro planeta. Se convirtió en su satélite: la Luna.

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Durante los quinientos milenios posteriores, la Tierra recibió constantes «chaparrones» de cometas y asteroides esencialmente formados por hielo, que aportaron ingentes cantidades de agua, de ahí que el nuestro sea el Planeta Azul. Pues bien, lo mismo le ocurrió a la Luna. Recibió también su ración de agua helada procedente del espacio. Sólo que se le evaporaba pronto por las elevadas temperaturas en su superficie, más de un centenar de grados al sol, y una vez en forma de vapior de agua no era capaz de retenerla por su insuficiente masa.

Todo esto era, hasta ayer, la principal hipótesis de trabajo de los astrofísicos. Pero ahora hay otra, según la cual nuestro satélite tenía ya abundante agua en su interior antes de la lluvia de asteroides y cometas de hielo. Era rica en agua original. Agua en su subsuelo. También debía tenerla entonces la Tierra, su planeta «madre», de la cual surgió por «arrancamiento». La prueba la ha hallado un equipo científico estadounidense, encabezado por Alberto E. Saal, de la Universidad Brown, y publican su investigación ayer en la revista Nature.