Cartas

Lo que me enseñó Felipe Lamadrid

Felipe Lamadrid Gutiérrez (Puerto Real 1886- Lebrija 1958) se casó en su Puerto Real natal con María Muñoz, natural de Ubrique. Ambos se conocieron mientras estudiaban Magisterio y llegaron a tener cinco hijos: Manuel, Milagros, María, Ana y Felipe. Antes de ejercer de maestro nacional en El Puerto Santa María, Lamadrid estuvo destinado en otras localidades como Trebujena o Sanlúcar de Barrameda.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Por sus colaboraciones en prensa y recuerdos familiares podemos intuir que fue seguidor de Alejandro Lerroux. Colaboró en El Radical Gaditano, semanario que dirigía las Juventudes del Partido Republicano Radical, y escribió durante la segunda época de El Obrero Portuense, en la década de los años 20.

Lamadrid Muñoz y su mujer trabajaban como maestros. Ella en el colegio del Hospitalito y él en el colegio de la plaza del Polvorista.

Sus hijas todavía recuerdan los largos paseos que daban y como en las noches de verano se sentaban juntos a tomar helados. Otros matrimonios amigos les acompañaban, entre los cuales destacaban personalidades de la Inspección de la Enseñanza donde, como advierte la familia, le tenían mucha envídia a Felipe Lamadrid.

Cuando llegaron los regulares al muelle de El Puerto de Santa María, el 18 de Julio de 1936, fueron en busca de Felipe Lamadrid a su casa y se lo llevaron ante el horror de su familia. Fue llevado al Penal. En el tiempo que estuvo en la cárcel, como ocurría en estos casos, su familia le llevaba alimentos. Un buen día, la esposa de Lamadrid se dirigió al comandante Martos para preguntarle sobre la situación de su marido a lo que éste respondió: «Señora, su marido es fusilable.» De vez en cuando entraban en la cárcel falangistas y se llevaban a unos cuantos. Posteriormente, el propio Felipe contó a sus hijas como éstos iban con un papel de estraza donde llevaban apuntados los nombres de los que sacaban para fusilarlos. Así fusilaron a un inspector de enseñanza amigo de Felipe: Juan López de Tamayo, figura muy importante en la cuestión de la enseñanza en la provincia durante la II República. Tras la depuración, fue separado del servicio y se le dio baja en el escalafón. Cesado de empleo y sueldo, salió del Penal el 6 de octubre de ese mismo año.

Tuvo que realizar muchos y dispares trabajos como salinero, en las obras del puerto, como representante de achicoria o dando clases particulares. Durante seis años estuvo sin poder ejercer la maestría. En 1941 fallece su esposa María, con 54 años. Cuando le permiten volver a su profesión lo destinan a distintos lugares como Algodonales, Écija o Puerto Real. En esta última localidad conoció a la que sería su segunda esposa: Isabel Aguilar. Con ella se trasladó a Écija, donde tuvieron a María Isabel, María Concepción, María del Carmen, Juan Pedro y José María. Felipe falleció en 1958 en tierras sevillanas con 72 años. Todavía hoy algunos portuenses dan gracias a la familia Lamadrid por lo que les enseñó don Felipe.

Santiago Moreno Tello.

Universidad de Cádiz