EXPECTACIÓN. Imagen de las condecoraciones. / ANTONIO VÁZQUEZ
CÁDIZ

La especialidad de Hidrografía en la Armada celebra su centenario

Durante los actos castrenses celebrados ayer, en el Instituto Hidrográfico de Cádiz, se hizo entrega de 47 condecoraciones a personal militar y laboral

| Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Con motivo del centenario de la creación de la especialidad de Hidrografía en la Armada, el Instituto Hidrográfico de la Marina se vistió de gala ayer para celebrar una serie de actos castrenses. En el patio de las instalaciones, desde primera hora de la mañana, las formaciones militares aguardaban el inicio del programa que se llevó a cabo con la lectura de leyes penales y la imposición de condecoraciones. Los relacionados salieron en formación en grupos de cinco y conservando el orden de llamada para colocarse frente a las autoridades que les impusieron las medallas ante los aplausos de los asistentes y familiares.

El momento más emotivo de la jornada fue el homenaje a los que dieron su vida por España. Dos marineras colocaron una corona de flores en la cruz al tiempo que la formación disparaba balas de fogueo. Luego, el Comandante y director del Instituto Hidrográfico, Francisco Javier Pérez Carrillo de Albornoz, hizo un repaso detallado de cómo las nuevas tecnologías han hecho evolucionar a la hidrografía - «del trabajo artesanal hemos pasado a los trabajos informatizados y la cartografía electrónica», dijo- y destacó el importante papel desempeñado por el personal civil que «trabaja de una forma silenciosa, pero eficaz».

Pérez Carrillo de Albornoz también recordó los barcos y dotaciones que han prestado sus servicios a la hidrografía. «A los buques hidrográficos importantes como el Tofiño», que aún hoy sigue vigente, «o el Malaspina se han sumado lanchas hidrográficas. El horizonte es bastante prometedor», concluyó. El himno de la armada precedido de los gritos de ¿Viva España y ¿Viva el Rey!.

El Capitán de Corbeta, José Manuel Quijano de Benito, uno de los condecorados con la Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco, reconocía que es «un honor recibir una medalla. Llevo 22 años en la Marina. La vocación la llevo en la sangre, pues mi padre y abuelo pertenecieron a la Armada y mis hermanos son militares», decía.

Con 30 años de servicio, el Brigada, Ángel Sabino Montes de Oca, mostraba su orgullo por «la cuarta medalla obtenida». «Ingresé en 1978, sólo tenía 19 años. He estado embarcado 15 años.Esta profesión ha cambiado mucho», admitía.

Una opinión compartida por el Teniente de Navio del buque Tofiño, Gustavo A. Gómez-Pimpollo Crespo, un madrileño que asegura que para esta profesión «hay que tener mucha vocación», puesto que uno apenas ve a la familia. «Mi hija tiene 18 meses y no la estoy viendo crecer porque estamos embarcados periodos de unos tres meses en Canarias, Murcia y demás ciudades costeras realizando trabajos hidrográficos». Gómez-Pimpollo confiesa que trabajar en el Tofiño es un privilegio debido a su avanzada tecnología. «El barco está dotado de Multi-Haz lo que permite conocer la topografía del mar (la profundidad que existe) no sólo en un punto, como lo hace el Mono-Haz, sino de todo el ancho del buque», detalla entusiasmado. María Teresa Rosety también ingresó como archivera de biblioteca en el Instituto Hidrográfico en 1975. Por sus manos ha pasado todo tipo de información. Ayer le dieron el diploma Mención Honorífica.