VUELTA DE HOJA

Declaraciones

Todo el mundo sabe que los políticos, cuando no tienen otra cosa que hacer, hacen declaraciones. Hablan por los codos, en vez de hincarlos. En sus penúltimas y afectuosas declaraciones, el presidente Zapatero pide paciencia a los españoles ante la aceleración de los precios, que casualmente coincide con la desaceleración de la economía nacional. Su ruego también coincide con las movilizaciones de los transportistas, que amenazan con una huelga que paralice todo. «Menos talante y solución para el carburante» es el lema de sus pancartas. En las épocas revueltas abundan los pareados más o menos horribles. Se conoce que son malos tiempos para la lírica.

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Ocurre en todas partes. También Hillary Clinton ha hecho declaraciones. Curiosamente, son de amor a su ex rival Obama. Pide el voto para el candidato de epidermis más oscura que jamás haya aspirado a ser inquilino de la Casa Blanca y ha adoptado su lema: «Sí, podemos». No todas las palabras que se pronuncian en los mítines se las lleva el aire. Tampoco las que se dicen en las ruedas de prensa o en las entrevistas. El por ahora alcalde de Madrid, Alberto Ruíz-Gallardón, ha hecho una profecía digna de las más acreditada sibilas, aquellas sabias mujeres griegas a quienes se atribuían cualidades proféticas y que, para no quedar mal, jamás se comprometían en sus vaticinios. «El candidato del PP será quien en 2012 sea su líder natural», ha dicho Gallardón.

Más valiente ha sido Fraga, que ha declarado que Gallardón sería «el mejor representante del centro reformista». Don Manuel sigue aspirando al epitafio de los patricios romanos: «Mereció de su patria». Sigue haciendo lo que cree mejor para España y es un ejemplo de continuidad en el esfuerzo. Con los años, se ha ido haciendo pragmático. Excluir a la derecha cerril sería conveniente. Del viejo, el consejo.