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El Príncipe de Asturias reconoce a la élite científica mundial en nuevos materiales

Oviedo Actualizado: Guardar
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Una candidatura conjunta formada por los japoneses Sumio Iijima (físico) y Shuji Nakamura (ingeniero), y los estadounidenses Robert Langer (ingeniero) y George M. Whitesides y Tobin Marks (químicos), todos ellos expertos en nuevos materiales, fue galardonada ayer con el premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica fallado en Oviedo.

El jurado, presidido por Enrique Moreno, considera a los cinco investigadores «referentes universales» en la Ciencia de Materiales y la Nanotecnología y destaca sus aportaciones en campos como los nanotubos de carbono, los diodos emisores de luz, los biomateriales que posibilitan la liberación inteligente de fármacos, la producción de tejidos y órganos para trasplante, así como la fabricación de materiales en la nanoescala y el desarrollo de nuevos plásticos y materiales reciclables, técnicas todas ellas fundamentales para el desarrollo sostenible del planeta y la lucha contra la pobreza.

El acta destaca que «sus trabajos contribuyen de forma decisiva al ahorro energético y a la utilización de nuevas fuentes de energía». Los miembros del jurado consideran que «todos estos conocimientos básicos, nuevas técnicas y descubrimientos y fascinantes tecnologías, que están impulsando una revolución sin precedentes, son de trascendental importancia para el progreso de la Humanidad».

A este Premio concurrían inicialmente 43 candidaturas. La ganadora había sido propuesta por uno de los miembros del jurado, Amador Menéndez, y había concitado importantes apoyos, como los de los premios Nobel de Química Roald Hoffmann, Robert H. Grubbs o Harold Kroto, o el Príncipe de Asturias de Investigación 2004, Joan Massagué.

La decisión del jurado fue unánime. Uno de sus miembros, César Nombela, resaltó que por primera vez este galardón recae en investigadores japoneses «muy ligados en su trabajo al de los tres norteamericanos. Las aplicaciones que aquí se encuentran van desde las que ya están en uso, como lámparas de bajo consumo o dispositivos muy eficaces para potabilización de agua, hasta planteamientos de futuro, como los nanotubos de carbono que permiten desde almacenar hidrógeno hasta su utilización como soportes para el desarrollo de células y tejidos», dijo.

Transplantes

En un campo sensible como el del trasplante de órganos incidió el presidente del jurado, Enrique Moreno, que recibió este mismo Premio en 1999. Rubio explicó que estas técnicas tienen una enorme importancia «en la producción de tejidos u órganos para trasplantes, con la cantidad de receptores que hay esperando o que fallecen en listas de espera, por lo que es incuestionable que estos investigadores son relevantes».

Juan Ignacio Cirac, explicó que «la Nanotecnología es un campo amplio en el que están apareciendo aplicaciones y cada vez aparecerán más. Estos son, no sólo pioneros, sino que sus descubrimientos han llegado ya hasta el mercado y modifican nuestra vida diaria».