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Los franceses rechazan de nuevo en las calles la reforma de las pensiones

Más de 700.000 personas, según los sindicatos, y 296.000, según la Policía, se manifestaron ayer en Francia contra la reforma de las pensiones impulsada por el Gobierno conservador de Nicolas Sarkozy, que, en un contexto económico desfavorable, afronta crecientes tensiones sociales, desde los pescadores hasta los docentes, pasando por los funcionarios. Sarkozy, que acaba de cumplir un año en el Elíseo, se declara resuelto a proseguir con su plan pese a los descontentos y a una popularidad que apenas supera el 35% en los sondeos.

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Las protestas tuvieron lugar en más de cien ciudades contra el plan gubernamental de alargar un año -hasta 41 años- el período de cotización para tener derecho a una pensión completa. «No al servicio mínimo social», «No a pensiones que se juegan en Bolsa», «Sarko K.O.» o «Un año de Sarko, un año en la mierda», proclamaban gráficamente algunas de las pancartas que encabezaron las marchas.

Sin embargo y contrariamente a otras ocasiones, el impacto de los paros laborales convocados en el transporte público fue limitado. En este sentido, es revelador que el líder de Fuerza Obrera (FO), Jean-Claude Mailly, dijera que el éxito de la movilización debía medirse por la afluencia de manifestantes y no por el porcentaje de huelguistas -un 25% en los ferrocarriles o un 8% en la Administración-. La CGT, por su parte, cantó victoria -«un éxito indiscutible», según su portavoz- al anunciar sus cálculos. Ambas centrales amenazaron con más acciones si el Gobierno de Sarkozy «no se mueve». El primer ministro, François Fillon, artífice de la ley de reforma de las pensiones de 2003 que preveía el aumento del período de cotización, ya ha excluido dar marcha atrás: «El tema se zanjó hace cinco años», reiteró en una entrevista televisada.

El Gobierno propone negociar sobre el empleo de los senior -tan sólo un 38,3% de las personas de entre 55 y 64 años trabajan- y amenaza con sanciones desde 2010 a las empresas que no hayan empezado a discutir al respecto.

Aunque los últimos sondeos muestran que entre un 58% y un 60% de los franceses se declaraba favorable a las movilizaciones, otros indican que la mayoría se ha resignado a la idea de tener que cotizar más años.