VIGILANTES. Solbes, flanqueado por Fernández Ordóñez (izda.) y Segura. / REUTERS. ARCHIVO
Economia

Solbes admite que los 400 euros «agotan el margen de maniobra» del Gobierno

El vicepresidente segundo descarta una recesión y sitúa en el verano de 2009 el repunte de la economía española

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El vicepresidente segundo del Gobierno, Pedro Solbes, admitió ayer que los datos económicos pintan peor de lo esperado, pero descartó que la economía española pueda vivir ni siquiera un trimestre de recesión, con descenso neto del Producto Interior Bruto (PIB). Insistió, asimismo, en situar en el verano de 2009 el suelo de la crisis o, lo que es lo mismo, el inicio del repunte económico. A su vez, frente a las demandas de ayudas formuladas por los sectores más afectados por la crisis (como la construcción, sobre todo en el ámbito residencial), o peticiones de incentivos al consumo de los hogares, afirmó que el 'cheque' de cuatrocientos euros (nueva deducción vía IRPF) «agota el margen de maniobra» de la política fiscal.

A la construcción se le puede echar una mano «y en ello estamos», dijo el ministro de Economía y Hacienda durante su intervención en el encuentro financiero organizado por el Fórum Nueva Economía. Consideró también que los 5.000 millones de euros de avales proporcionados por el ICO, agencia financiera del Gobierno, «no son una cifra mágica, y puede tener sentido profundizar en ella, si bien su cuantía dependerá de las opiniones políticas».

Pero Solbes matizó a continuación que desde el Gobierno no se puede hacer nada en las relaciones que mantienen las inmobiliarias con los bancos. «Todo el mundo tiene que irse poniendo las pilas, y el sistema financiero es el primer interesado en que funcione el sector inmobiliario», observó. Aunque los beneficios de bancos y cajas se resentirán y serán inferiores en el futuro, él no percibe que esta área de actividad «pueda padecer dificultades mayores».

El responsable económico reconoció, a su vez, que los datos de la Contabilidad Nacional española del primer trimestre revelan «una debilidad notable», y evocó que las tensiones inflacionistas impiden al Banco Central Europeo adoptar las decisiones de recorte del precio del dinero que permitirían estimular el crecimiento. También admitió que los precios del petróleo «van a permanecer en altos niveles durante bastante tiempo».

Problemas

Según Solbes, «vivimos el entorno exterior más complicado de los últimos quince años» y la economía española se resiente, además, de un ajuste de la construcción que «era necesario», pero se está manifestando «más abrupto de lo esperado y deseable». «Esa excesiva brusquedad puede generar problemas, si provoca una retracción artificial de la demanda», apuntó.

La economía española tiene abundantes fortalezas, dijo, y destacó entre ellas la existencia de unas cuentas públicas saneadas. «Pero los superávit hay que manejarlos con mucho cuidado -alertó- porque el paso al déficit es relativamente fácil». Por si no hubiera quedado suficientemente claro, no tuvo reparos en calificar al 'cheque' de cuatrocientos euros como una «consecuencia de los procesos electorales».

Con todo, Solbes consideró «objetivo deseable» terminar este año con un ligero superávit en las cuentas del Estado. «Las circunstancias lo dirán», manifestó, resignado.

En el medio plazo, el Ministerio se limitará a permitir el funcionamiento de los estabilizadores automáticos -que harán posible asumir el deterioro de los ingresos sin adoptar medidas restrictivas- y acompasar el aumento de los costes por desempleo con el adecuado control de otros procesos de gasto. También aplicará medidas para favorecer la recolocación de los parados y mantendrá o incrementará, los esfuerzos reformistas.

Solbes repitió que el Gobierno emprenderá cambios en el marco regulador de las actividades profesionales, así como medidas orientadas a eliminar cargas administrativas a las empresas. La reforma de las pensiones se pondrá en manos del diálogo social, que el vicepresidente consideró «instrumento útil para el logro de reformas equilibradas y duraderas».