Opinion

Vivencias de la vida

Cada día que pasa aprendo algo nuevo de esta vida en la cual nos ha tocado vivir. Antes no le daba importancia a las cosas, me las pasaba todas por alto, pero he llegado al convencimiento de que por la vida hay que pasar haciendo el bien.

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En esta etapa de mi vida me siento pletórico, lleno de amor y ternura, y es que a veces pienso, todo va con el paso del tiempo y con la edad; cuando somos más jóvenes no, nos ponemos a pensar en las cosas buenas ni en las malas si no que pasamos olímpicamente como dicen hoy en día nuestros jóvenes. Pero a la vez que me voy haciendo más maduro, pienso de otra forma y de cómo no hice antes en la vida las cosas que ahora hago, y es que la vida es la que te enseña a caminar, y sobre todo los valores morales religiosos y cristianos; como es el amor al prójimo, el hacer bien y ordenadas las cosas, no a lo loco, y pensar sobre todo, en que todo lo bueno o malo que hagamos en esta vida lo pagaremos en la resurrección del último día cuando Dios nos pida cuentas de lo que hemos hecho en esta vida.

Para mí será una alegría poder rendir buenas cuentas, como las que estoy llevando a cabo de ahora en adelante, y lo pasado, pasado, ya que Dios no lleva cuenta de los delitos anteriores. Pero sí será una enorme alegría poder contarle cosas hermosas que yo haya hecho en esta vida cotidiana, como es llevar vida religiosa, ayudar a enfermos, rezar por los moribundos y por los que sufren, y así sucesivamente.

Mi alma me la encuentro cada día que pasa con más alegría, sin pensar en las penas, si no vivir el momento, ese momento que Dios nos regala, para que nos deleitemos y nos alegremos de él, ese instante que no se nos vaya por alto, que no volverá a ver otro momento igual a ese que nos ha puesto Dios para disfrutarlo. Y sobre todo un consejo para todo aquel que lea esta misiva, que tengamos siempre presente la oración que es lo más gratificante que hay hoy en día en la vida.

Pues estamos viviendo una vida muy dura impuesta por los Gobiernos y todo lo duro que estemos pasando en la vida nos lo gratifica la devoción, es decir el rezo. La oración llena el alma de gratificación, no os quepa la menor duda.

Manuel Enríquez Becerra. Jerez