ESCULTURA. Estudiantes de la Escuela de Artes dan forma a sus bocetos inspirados en la Gades.
Cultura

Mentes creativas perfilan las Gades del siglo XXI

Los alumnos de la Escuela de Artes reinterpretan la obra más emblemática de Vassallo en el Centro Reina Sofía

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Una joven muchacha, semidesnuda, se protege los ojos con la mano de la inclemente luz de Cádiz. Su manto, pegado a su cuerpo, se mece poseído por el viento de Levante. La Gades de Vassallo, emblema de la ciudad, fue revisitada ayer gracias a la creatividad de los alumnos de la Escuela de Artes, que modelaron originales bocetos inspirados en la mítica escultura con motivo de la celebración del centenario del nacimiento del artista. El patio del Centro Cultural Reina Sofía ejerció de taller improvisado para medio centenar de alumnos de 1º de Bachillerato que asistieron a esta clase extraordinaria que incluyó, además de la parte práctica, una visita guiada a la muestra permanente que alberga el Antiguo Gobierno Militar.

Las había gordas, embarazadas, andróginas, amorfas, ataviadas con trajes de flamenca, exóticas y hasta surrealistas. La Gades de Vassallo cobró vida ayer a manos de los estudiantes, que supieron adaptar la mítica imagen de Vassallo a la moderna sociedad del siglo XXI.

«Lo más difícil son las proporciones», anuncia Tamara Torres mientras da forma a su pieza. «Hasta ahora no habíamos trabajado más que los rostros, nada de cuerpos y nos está costando un poco», al tiempo que su compañera de mesa, Sara, reconoce estar entusiasmada por salir de la escuela y cambiar de ambiente. «Pensaba en ponerle un parche de pirata y una pata de palo», cuenta socarrón Ignacio Súnico. «No sé si me dará tiempo, pero por lo menos nos perderemos Educación Física». En cuanto a complicaciones, aduce que lo más difícil es comenzar, «coger el bloque y empezar a darle forma».

A su lado, Cristina Ginesta da los últimos retoques a su menuda figura, mitad hombre, mitad mujer. «Por delante es una mujer hindú, por detrás, un rapero», explica mientras exhibe las evidencias: pantalones anchos, zapatillas... Un prodigio de creatividad. La originalidad de las ideas destaca por encima de la técnica y el detalle. «Continuaremos la actividad en clase y al final realizarán una figura más grande, de unos 30 centímetros», señala Antonio Cerero, el profesor. No obstante, lamenta, «este año hay menos alumnos, y la escuela ha dado un gran bajón».

La improvisada clase de hoy, incluye un previo paseo por la exposición de Vassallo. «Lo mejor son los bocetos y las herramientas originales de su estudio», reconoce Ignacio mientras retira algunas lascas de arcilla.

Por su parte, Alejandro Guoda confiesa su admiración por el escultor gaditano, en especial por ser un autor «muy realista y expresivo». «Me encanta la escultura clásica, como el David de Miguel Ángel». Su Gades, obesa y arrodillada, muestra claras influencias de la prehistórica Venus de Willendorf.

Leda, censurada

En otra de las mesas, Juan Pedro no para de trabajar en su escultura, «algo surrealista», según él. La pieza, brazos diminutos y una cabeza digna de haber pasado por las manos de desalmados jíbaros, contrastan con los desmesurados pechos y el exagerado tamaño del cuerpo. «En lugar de empezar por el bloque, lo he hecho por las piernas», apostilla. En cuanto a Vassallo, «no sabía que la escultura de Santa Teresa que hay en Ávila era suya. Estuve allí estudiando y no tenía ni idea», cuenta. Jorge, su compañero, resalta otras piezas como el busto de Manolete o la estatuilla del Quijote, «muy detallado, a pesar del tamaño».

Juan Pedro, por su parte, recuerda enérgicamente la estatua de Leda, una de las amantes de Zeus, que aparece enroscada por un cisne -animal en el que se transforma el dios para poseerla-. «Es una escultura que estuvo mucho tiempo censurada», revela este joven alumno sin parar de trabajar, apurando los últimos minutos de la clase para perfilar los detalles de su Gades surreal.

alenador@lavozdigital.es