El número de la educación

Ayer era el día. Y la tensión se palpaba en la puerta de cada uno de los colegios concertados que celebraban el sorteo de las plazas vacantes para los alumnos de Infantil. En el centro Nuestra Señora del Carmen (Carmelitas), San Ignacio-Salesianos y en San Felipe Neri, entre otros, los padres miraban de nuevo las listas, por orden alfabético, con los puntos obtenidos según el baremo (número de hermanos en el centro educativo; si tienen familiares trabajando en el colegio; por domicilio familiar o por el laboral de los padres; por discapacidad del candidato o de sus padres o hermanos; la renta y si pertenece a una familia numerosa o monoparental).

En el colegio de Extramuros, quince minutos antes de que comenzase el concurso, los padres de los niños que optaban a una plaza se concentraron, un día más, en la puerta del colegio marianista para reivindicar una unidad más de Infantil, ya que, como han recordado desde la última semana estos afectados, hay alumnos suficientes para abrir este aula, y el colegio ya cuenta con la infraestructura necesaria para que se ponga en marcha.

Durante la concentración, el director del centro, Javier Anso, comentó que «este tipo de movilizaciones son buenas, porque demuestran cómo los padres se preocupan por la educación de sus hijos».

La suerte, en copas

A las 18 horas, en el salón multiusos del colegio San Felipe Neri comenzaba el sorteo ante la presencia de más de cuarenta personas, padres y abuelos de los 39 niños que optaban a una de las 14 plazas de Infantil que aún quedaban vacantes.

El director del centro presidió el sorteo que aseguró que «es triste llegar a esta medida, porque estamos dispuestos a acoger a 100 niños, o más, y evitar el sorteo de plazas. Nosotros queremos esta cuarta línea de Educación Infantil».

El director de Secundaria y Bachillerato, José Expósito, desarrolló el procedimiento que se ha bía realizado para la admisión de los nuevos alumnos en San Felipe Neri y, por supuesto, cómo se iba a desarrollar el sorteo: «Se elegirá un número al azar, del 1 al 170, (que son los niños que formaban el listado). Y después, se sacará el orden, ascendente o descendente en que se escogerá a los niños».

Dos alumnos del colegio ayudaron a coger las papeletas, siendo el número 150 el que serviría de corte en la lista de candidatos. El orden sacado al azar fue el descendente, desde el 170 al 1, eliminado a aquellos que ya estaban admitidos y eligiendo a aquellos que, entre los optaban a una plaza, tenían más puntos. En concreto diez. Cuando finalizó el sorteo los padres hicieron memoria del número que tenía otorgado su hijo y si, finalmente, cursaría Infantil en San Felipe Neri. Fue entonces cuando las lágrimas nacieron de los ojos de algunas madres que comprobaron que su pequeño tendría que acudir a otro colegio a educarse.

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