EXULTANTE. Hillary Clinton recibe el apoyo de sus seguidores en Columbus, la capital del estado de Ohio, donde celebró su triple victoria.
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Hispanos y obreros rescatan a Clinton

Los triunfos en Texas, Ohio y Rhode Island permiten a la ex primera dama recortar distancias con Obama y endurecer la pugna por la nominación demócrata

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LA segunda resurrección de Hillary Clinton en esta campaña, después de la de New Hampshire, tuvo como apóstoles redentores a los hispanos que pueblan Texas, fieles desde el principio a la ex primera dama, y a los obreros del depauperado Ohio, donde el apellido Clinton evoca la nostalgia de una bonanza económica que se escapó con el rampante cierre de plantas industriales.

A lo largo de la frontera con México, el color celeste con el que identificaban las televisiones a la senadora por Nueva York parecía un mar infinito. Según las encuestas de la CNN, el 67% de los latinos se inclinó por Clinton frente al 31% que votó por Obama. Fue el mismo patrón que la población hispana de EE. UU. siguió en los estados donde más abunda, léase Nevada, California, Nueva York, Nuevo México e incluso Florida, aunque este último no sea representativo porque el aspirante afroamericano no hizo campaña en él.

«Hillary es una persona muy conocida», observaba Josefina Perales, una anciana de 86 años que desafiaba todas las estadísticas al votar por Obama. El martes por la noche, en el auditorio municipal de San Antonio, la mujer daba saltos en su silla de ruedas. «¿Me ha tocado la suerte, le he abrazado y me ha besado!».

Expresaba el júbilo de los jóvenes que han caído bajo el hechizo del senador, tan optimistas como el candidato que ayer se resistía a admitir el frenazo electoral. «Tenemos casi la misma ventaja en número de delegados que ayer», repetía el legislador de Illinois. Según la CNN, sacaba 86 delegados a la ex primera dama, pese a que ésta ganó la mayor parte del voto en tres de los cuatro estados en juego: Ohio (55-44), Rhode Island (58-40) y las primarias de Texas (51-48). El candidato del '¿Sí se puede!' sólo se apuntó una victoria limpia, el pequeño y liberal estado de Vermont, que dio pie a que los seguidores de Clinton en Ohio cambiaran la consigna por '¿Ella puede!'.

Más complicado era leer Texas, donde el complejo sistema electoral incluía primarias y 'caucus'. Las primeras, en las que se adjudicaban 126 delegados, habían empezado dos semanas antes, pero sólo los que hubieran votado en ellas podían participar en los 'caucus' que se celebraron el martes para elegir los 67 delegados restantes. Obama ha liderado tradicionalmente este formato que requiere votantes más comprometidos. Los de Clinton que estadísticamente pertenecen a clases menos ilustradas, incluso desconocían en buena parte que tuvieran que votar una segunda vez. Eso explica que si bien Clinton ganó las primarias por 51-48, Obama llevaba ventaja en los 'caucus' por 52 a 48, que se seguían votando. Y en cualquier caso, como lo que cuenta es el reparto de delegados proporcional al número de votos, al final la batalla de Texas quedó bastante igualada.

Suena el 'teléfono rojo'

Las encuestas aportaban ayer otra pista para el renacer de la senadora a la que muchos esperaban dar el martes el tiro de gracia, después de las once derrotas consecutivas que había sufrido desde el 5 de febrero. De entre los que decidieron su voto en los últimos tres días, el 62%, en Rhode Island; el 61%, en Texas, y el 58%, en Ohio votaron por ella. ¿Qué pasó en esos tres últimos días? Sonó el 'teléfono rojo', aseguraban los analistas.

Se referían a la carta del miedo que jugó Clinton con un anuncio que despertaba los temores más oscuros de los estadounidenses, mostrando a los niños durmiendo mientras «a las tres de la mañana un teléfono suena en la Casa Blanca». Frente a esa amenaza, que todos asocian al terrorismo, la mayor parte de los indecisos prefirió que quien conteste el teléfono sea la mujer de 60 años que tiene detrás al ex presidente y ha demostrado ser dura entre los duros.

En estos últimos días la senadora también ha reclutado una veintena de almirantes y generales que la proclaman como la mejor comandante en jefe que puede tener el país, y hasta Jack Nicholson, vestido de coronel de marines en 'Algunos hombres buenos', utilizó un corte de la película para recordar que «no hay nada más sexy en esta tierra -creedme caballeros- que tener que cuadrarse ante una mujer por la mañana». Más de un millón de personas vio el vídeo en los primeros tres días que estuvo colgado en YouTube.

Obama, de 45 años, ha quedado enmarcado en el papel de ingenuo soñador al que le falta experiencia para el cargo y para encajar los golpes bajos de la política. Y todavía los republicanos, que en Texas contribuyeron a la victoria de Clinton para facilitarle la pelea a John McCain en noviembre, tenían ayer una última explicación. «Los Clinton son como las cucarachas», bramaba Rush Limbaugh, el polémico comentarista de la radio más ultraderechista. «Después de una explosión nuclear serán lo último que quede en pie».