DEFENSA. El zaguero del Jerez Industrial Ignacio se deja el balón atrás en una jugada. / GECA SPORT
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Sin ideas ni efectividad, el Industrial se hunde un poco más en el descenso

Los de Carlos Fontana realizan un mal partido en su visita al San Roque de Lepe y únicamente su mayor pegada hace que los locales se lleven los tres puntos

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Afortunadamente, el reglamento del fútbol no puntúa todavía el aburrimiento. San Roque y Jerez Industrial jugaron el peor partido que se ha visto en Lepe en los últimos años, y sólo el resultado se puede extraer para los leperos como lectura positiva del partido.

Eso y que en el conjunto aurinegro debutó Chirolo, un delantero fruto de la cantera que puede tener sitio en el once de Ceballos esta temporada, porque en los 10 minutos que estuvo en el campo aportó casi más que otros compañeros que jugaron los 90.

En lo deportivo, al San Roque se les pusieron muy bien las cosas a los 9 minutos de juego de la primera mitad, cuando Reyes inventó un pase para dejar solo a Raúl delante de Óscar y batirle por bajo como sólo lo hacen los maestros.

El partido podría haber terminado en esa jugada perfectamente, y se habría ahorrado un desgaste innecesario a los jugadores de cara al partido del próximo jueves ante la Balompédica Linense.

La historia del encuentro se escribió en el centro del campo, y los porteros eran meros espectadores de un encuentro que no parecía decantarse por nadie, ya que el San Roque mandaba en el marcador, pero el Jerez se estiró lo suficiente en la primera mitad como para hacer temer que podría llevar peligro a la portería de Cristian, pero era un espejismo, porque Galán y Juanlu se encargaban de conjurar el poco peligro que les llegaba.

Así transcurrieron los dos periodos hasta que casi en el 45 Cisco anotaba un penalti sobre Capi que sólo vio el asistente, para poner un gol en el marcador que maquillaba con un buen resultado un mal partido.

Hasta el final del encuentro, las principales notas de calidad las puso Chirolo, una de las perlas de la cantera descubierta por Ceballos, que se entendió a la perfección con Melchor, que también entró de refresco en la segunda mitad.