SENSACIONES. Alberto Reguera lanza pintura sobre las paredes y el cuadro. / NURIA REINA
Cultura

La pintura expansiva de Alberto Reguera rompe las fronteras del lienzo en la Sala Rivadavia

La muestra 'Acciones pictóricas' se inaugura hoy con 14 obras del pintor segoviano que derrama sus trazos por las paredes de la sala

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Si el espectador percibe que la pintura se sale del cuadro no significa que esté soñando. Alberto Reguera ha hecho estallar los corsés coartantes de las reglas establecidas y ha rebasado con sus trazos las fronteras del lienzo. Sus pinturas, -aquí futiles azules de influencia oriental, allí chorros verdes, blancos, crema o amarillos- han tomado las paredes y el suelo de la Sala Rivadavia en la muestra Acciones pictóricas que se inaugura esta noche y que ayer presentó el propio artista junto a la diputada provincial, Ana Mosquera y los responsables de la Fundación Provincial de Cultura.

Los gaditanos pueden unirse al curioso juego del que ya han participado personas de Singapur, París, Madrid o México. La sugerente expresión del artista rebota en un espacio cómodo con cuatro aristas fundamentales: el propio cuadro, la acción del artista en la propia sala, el espacio modificado de la sala que engullen las obras y la propia reacción del espectador. La propuesta se sustenta en 14 obras -cuadros colgados a la manera clásica, otros unidos con pintura a la propia pared y una agresiva instalación- y responde a un proceso creativo que ha vivido Reguera en cuatro fases.

En sus orígenes, el artista -galardonado con el Premio 2001 de la Academia de Bellas Artes de París- bebió de la abstracción lírica francesa, aunque fue evolucionando hacia «un segundo paso: dar profundidad al cuadro». Así que alargó los lados de la obra de manera que «el espectador ve algo distinto a medida que se va moviendo». Tercero y último: «la pintura se sale del cuadro con una intervención muy directa del pintor», asegura Reguera. En un primer plano creativo, sus Acciones pictóricas ofrecen 14 paisajes abstractos de diferentes dimensiones. La técnica responde a una superposición de capas de acrílico sobre las que aplica finalmente pigmento puro para conseguir diferentes texturas.

'Drip painting'

Esa es la parte más clásica, aunque de las catorce obras, algunas van más allá y expanden sus colores por las paredes. «Utilizo la técnica del drip painting que consiste en lanzar materia sobre los cuadros», dice Reguera. Claro, que no es un lanzamiento casual, sino que se mueve en el filo de la navaja entre el plan y la suerte. Hay que tener muy claro qué se quiere, las condiciones del espacio. Tampoco se puede pensar mucho, porque pierde frescura. Es difícil y arriesgado».

El camino de la sorpresa del visitante acaba en traca agresiva con una instalación en la que las obras se desprenden de las paredes con vínculos formales al expresionismo americano de leyendas como Jackson Pollock. «Los cuadros están en el suelo y me he implicado para revestir de materia pictórica una serie de cubos blancos. Lanzo la pintura sobre el lienzo y sobre todo el espacio».

apaolaza@lavozdigital.es