Un sonriente Bush posa con un sable árabe al hombro al ser recibido a su llegada a Bahrein por el rey Hamad bin Isa al-Kalifa. / AFP
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Musharraf dejará el poder antes de someterse a una moción de censura

El reloj electoral paquistaní no se detiene. Tras el retraso de seis semanas provocado por el asesinato de la ex primera ministra Benazir Bhutto y las posteriores protestas, todas las fuerzas se preparan para la nueva cita del 18 de febrero. Pervez Musharraf sigue el proceso desde su atalaya presidencial y, pese a las sospechas de nuevos retrasos que alberga la oposición y al terrible atentado suicida del jueves en Lahore, considera que «no se puede dejar descarrilar la economía y el proceso democrático del país por culpa de los terroristas».

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En dos entrevistas a los diarios Le Figaro, francés, y Straits Times, de Singapur, el dirigente paquistaní, cuya popularidad ha descendido vertiginosamente en los últimos meses, sorprendió al adelantar que «dejaré mi cargo si tras las elecciones se produce una moción de censura. Antes de que hagan cualquier intento, me iré incluso de mi oficina. Si ganan con semejante mayoría que están dispuestos a plantear la moción, no tengo ninguna gana de seguir en el cargo».

La sorpresa se debe a que la figura del presidente en Pakistán alberga prácticamente plenos poderes y tiene capacidad incluso de disolver las cámaras o destituir al primer ministro. Además, los grupos opositores necesitarían al menos dos tercios del apoyo del Parlamento para llevar adelante una moción, una cifra muy alta teniendo en cuenta que la formación del presidente, PML-Q, suele aliarse con los partidos islámicos, lo que le garantiza un número importante de votos.

Respecto a la investigación del atentado contra Bhutto, el mandatario paquistaní cerró definitivamente las puertas a una posible investigación por parte de Naciones Unidas, tal y como reclamó esta misma semana Bilawal Bhutto, el hijo de la fallecida. «Pakistán no es Líbano y aquí no hay segundos países implicados. Tenemos capacidad para investigar y con el asesoramiento de Scotland Yard es suficiente», apuntó Musharraf, quien espera que los resultados de las pesquisas se hagan públicos antes de los comicios generales.

Además de la polémica investigación, también permanece sobre la mesa la posibilidad de que Estados Unidos intervenga de forma unilateral en el norte de Pakistán para golpear directamente a los santuarios de Al-Qaida. A este respecto, el presidente concretó que «sólo serán bienvenidos para operaciones muy concretas como podría ser la de la caza de Bin Laden. En ese caso estudiaríamos el caso mano a mano y atacaríamos juntos. De otra forma, un despliegue norteamericano o de las tropas de la coalición en suelo paquistaní será considerado una invasión».