Opinion

Francia con España

La vigésima cumbre hispano-francesa, celebrada ayer en París, proyectó una imagen de sintonía que se corresponde a los compromisos adquiridos por ambos gobiernos en materias de común interés e indudable prioridad, como son la lucha contra el terrorismo y la política de inmigración. La creación de un equipo policial conjunto refleja hasta qué punto la voluntad de colaborar contra ETA está encontrando fórmulas de mejora y adecuación ante los desafíos que a España y Francia plantea la continuidad de la retaguardia terrorista en suelo galo. La creciente asunción de responsabilidades por parte de París responde a una obligación ineludible dado que las tramas etarras siguen guareciéndose en su territorio. En este sentido, la constitución del equipo conjunto está llamada a agilizar los procedimientos e incrementar la operatividad en la prevención y persecución del terrorismo. El reconocimiento implícito de que la dirección de la estrategia antiterrorista corresponde al Gobierno español requiere que, como ayer avanzó el ministro Rubalcaba, los miembros de nuestros cuerpos y fuerzas de seguridad destacados a Francia puedan actuar «como si estuvieran en España». Pero es indudable que su eficacia dependerá sobremanera de los medios humanos y materiales que la República dedique a esta área específica de su actuación policial.

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Por otra parte, la pública superación de las discrepancias que habían dificultado el entendimiento entre París y Madrid en materia de inmigración abrió ayer las puertas a una más estrecha cooperación entre ambos gobiernos dentro del marco de la Unión Europea y, en especial, en relación con los países del Magreb. La coincidencia de criterios expresada, que consagra el principio de que las repatriaciones han de ser necesariamente «individuales», permitirá integrar el esfuerzo de ambas administraciones a la hora de contener los efectos de la inmigración ilegal a través de una «gestión concertada» de los flujos. Junto a ello, y a la espera de su concreción definitiva, el compromiso para cerrar antes del próximo 30 de junio el proyecto sobre la nueva conexión eléctrica entre los dos países permite albergar firmes expectativas sobre una iniciativa imprescindible para paliar nuestras carencias energéticas y avanzar en la cohesión europea también en ese terreno.