CRISTALES. Los daños en el inmueble fueron cuantiosos. / AFP
ESPAÑA

La bomba de ETA tenía unos tres kilos de amonal y abrió un socavón

La Ertzaintza analiza la posibilidad de que al menos tres personas participasen en el atentado El Ayuntamiento habilita una oficina para las reclamaciones

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La bomba con la que ETA destrozó la madrugada de ayer el Juzgado de Paz de Sestao dejó en el suelo un socavón de entre dos y tres metros. El artefacto estaba compuesto, según las primeras investigaciones, por dos o tres kilos de amonal. La potente explosión, que pudo escucharse en varios kilómetros a la redonda, provocó importantes daños materiales en al menos cinco locales y dos bloques de viviendas. El Ayuntamiento de la localidad vizcaína habilitará hoy una oficina para atender a los afectados.

El atentado, que se produjo alrededor de la una de la madrugada del domingo, llevó el caos al centro del municipio de la margen izquierda. Los bares y restaurantes cercanos -a rebosar debido a numerosas celebraciones relacionadas con el próximo fin de año- fueron desalojados por la Ertzaintza nada más conocerse el aviso telefónico que un comunicante anónimo dejó en la DYA de Bilbao alrededor de las 00.20 horas.

La explosión no causó heridos, pero sí cuantiosos daños materiales.

La entrada al edificio, donde además del juzgado de paz están ubicadas varias oficinas municipales, resultó totalmente destrozada. Las puertas de madera quedaron reventadas; el mostrador de atención al público, destruido, lo mismo que la mayoría de las ventanas. Según fuentes municipales, el hecho de que los cristales estuviesen blindados evitó que el interior del juzgado resultase dañado. En todo caso, la detonación fue tan potente que provocó una agujero en el suelo de entre dos y tres metros, según indicaron el consejero de Justicia, Joseba Azkarraga, y el alcalde de Sestao, José Luis Marcos Merino.

Además, la onda expansiva dañó al menos cinco locales comerciales y afectó a cinco viviendas situadas en dos bloques contiguos. El Ayuntamiento tiene previsto habilitar hoy en el vestíbulo del Ayuntamiento una oficina para informar a todos los afectados, que se estima que sean una decena de familias. Además, la junta de portavoces emitió un comunicado de condena.

Grupo

En el atentado podrían haber participado tres personas. Al parecer, las cámaras de seguridad instaladas en el edificio judicial habrían captado cómo alrededor de las 22.30 horas del sábado dos jóvenes inspeccionaban la entrada del edificio. Dos horas después, una tercera persona subía la escalinata principal y dejaba la bolsa con la bomba. Pasados diez minutos, la DYA recibía el aviso.

Antes de que la Ertzaintza estableciese un cordón de seguridad, numerosas personas pasaron a escasos metros del artefacto explosivo. La rápida intervención de los policías autónomos permitió desalojar los locales más cercanos a la bomba y avisar a numerosos vecinos para que cerrasen las ventanas.