LÍO. Parri, rodeado de canteranos.
Cádiz C.F.

La plantilla cadista se queja de que le falta material deportivo

Fleurquin se reúne con Antonio Muñoz para ponerle al tanto de la situación El presidente lo achaca a un error de gestión provocado por la directiva anterior

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Aquellos que pensaban que con la anulación del contrato con Kelme se iban a acabar los problemas con la ropa se han equivocado. Al menos, hasta que la marca propia que abastece al club no se esmere en hacer llegar vestimenta en cantidades industriales.

Como si no tuviera ya problemas Antonio Muñoz en su regreso para que ahora le salgan los capitanes con que les falta material deportivo para entrenar.

Y razón no les falta. Porque aquel que vea un entrenamiento se lleva la sensación de que los jugadores del Cádiz andan muy justitos de prendas pese a las palabras del utillero del equipo, Juan Marchante. «No tengo noticias de ello aunque no sé si ahora con el invierno vamos a contar con lo necesario. Pero me consta que la semana pasada llegaron los chubasqueros», advierte. De la misma forma, asegura que no está teniendo problemas para trabajar. «Cuento con cuatro mudas para los entrenamientos», acredita. Además, da una explicación acerca del uso de las sudaderas azules -de dudosa calidad- en los entrenamientos. «Me gusta que usen esas porque son más cómodas que las sudaderas amarillas que nos ponemos para los partidos y que llevan capucha. Para los futbolistas pueden ser molestas. No es plan que un partidillo un compañero agarre por detrás a otro haciendo uso de la capucha. ¿Vamos! Estamos para que se ahorquen entre ellos», bromea.

Y eso por no hablar de la cantera donde reina el imperio del caos. De hecho, aquellas veces en las que Calderón o García Remón llamaban a un canterano para completar el entrenamiento, para allá que iba el Parada de turno con su sudadera Kelme del año pasado con patrocinador incluido (Armoniza). También la vestimenta del personal está caducada. Así, Pepe Mejías, responsable de las instalaciones, aparece un día con la ropa de entrenamiento del año pasado sino está usando algunas de su colección personal.

La raíz del problema

En la conversación con Fleurquin, Antonio Muñoz asumió que la situación no es la deseada si bien le explicó que se debe a un error de la anterior directiva. «Estamos trabajando para solucionarlo pero apenas hemos tenido tiempo de ver lo que pasaba», comenta el presidente cadista. En esta línea, asegura que la charla con el capitán se produjo la semana pasada por lo que «no hacía nada que acabábamos de llegar».

Sobre la raíz del problema, Mu-ñoz comenta que se debe a una «improvisación» en la etapa de Baldasano ya que «pensaban que lo de vestir a un equipo se hace de la noche a la mañana». Esta idea la desarrolla mejor su hijo y consejero, Antonio Muñoz Tapia, quien está siendo el encargado de agilizar la llegada de material. Para explicar esta tardanza, Mu-ñoz Tapia retrocede hasta diciembre de 2006, que «fue cuando decidimos acabar con Kelme», dice. «Tanteamos distintas marcas pero la mayoría nos dijeron que necesitaban un mayor margen de tiempo para fabricarla. Ante esto, en enero valoramos lo la marca propia. Nos decidimos y llegamos a un acuerdo en febrero con Gol 3.000, la empresa que fabrica la vestimenta. Una vez firmado el contrato, comienza la elaboración de la ropa en una fábrica que la empresa tiene en México.

Pero en junio se produce el de-sembarco de Baldasano y su grupo. Y con él, sus nuevas ideas me-galómanas. Una de ellas, era en-contrarle al Cádiz una marca de primer nivel. Y no lo consiguió. Mientras hacía esas gestiones, dio órdenes de suspender el contrato con Gol 3.000 por lo que la fabricación se paralizó.

Es en julio cuando Baldasano desiste de encontrar marca y da el visto bueno de nuevo a Cádiz 1910. «Pero la fabricación ya estaba atrasada pues la empresa necesitaba algo más de seis meses para planificarlo todo. Es por eso que el uniforme del primer equipo se presentara tarde y así se explica también el chanchullo que se hizo con las camisetas en la pretemporada», explica Muñoz Tapia. «Nos comenzaron a enviar la ropa más básica, tanto para vestir el equipo como para vender en la tienda», dice.

Por último, asegura que un responsable de la empresa se personará a principios de semana para supervisar la llegada de más material. «Ya nos está llegando material estos días pero seguirá llegando hasta que la situación llega a ser la normal», tranquiliza Muñoz Tapia.