Crucero atracado en el muelle de la capital./LA VOZ
Ciudadanos

El puerto reservará tres muelles para cruceros y eliminará el tráfico pesado de plaza Sevilla

El objetivo es que Cádiz se convierta en un enclave base para estas líneas turísticas El tránsito de mercancías se concentrará en la carretera industrial, donde se crearán dos accesos

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Marrón es la mancha que llena el actual plano de usos del puerto. Es la correspondiente al tráfico de mercancías, que cubre como una tela de araña todo el espacio portuario, desde el muelle Reina Sofía hasta el Marqués de Comillas, una perfecta letra u en la maraña viaria de Cádiz de la que sólo escapa la lonja pesquera. Este dibujo va a cambiar, radicalmente, con la nueva terminal de contenedores que la Autoridad Portuaria construirá en el dique de Levante, junto a los astilleros, que permitirá ordenar y separar completamente las dos actividades principales del puerto.

El lateral derecho, desde el Reina Victoria (donde está el catamarán), pasando por el Marqués de Comillas -y su ampliación- hasta este futuro muelle se reservará únicamente para mercancías. En total, más de 4.000 metros de atraque, de los que 1.700 llegarán con la nueva obra que está en periodo de estudio ambiental y en la que ayer ahondó el presidente de la Autoridad Portuaria, Rafael Barra.

Mientras, los pasajeros ocuparán todo el lateral izquierdo, desde el muelle ciudad y el Alfonso XIII hasta el Reina Sofía -la actual zona de contenedores-, que se transformará en una terminal exclusiva para cruceros con el objetivo de que Cádiz sea un «puerto base» en los circuitos de estos trasatlánticos. Además, este nuevo uso del Reina Sofía liberará suelo porque ya no será necesario dejar al fondo un área para el movimiento de contenedores, con lo que este espacio sobrante se destinará a «actividades complementarias ligadas a los cruceros y al sector náutico-deportivo», según explicó Barra. En suma, los pasajeros que lleguen a la capital gaditana podrán pasearse, sin tropezar con remolques ni grúas, a lo largo de 1,2 kilómetros, de los que el Reina Sofía representa la mitad y que serán polivalentes ya en Alfonso XIII.

«Eficiencia y seguridad»

El efecto que producirá esta remodelación será crucial: dado que las mercancías se alejarán del corazón del puerto, se crearán dos nuevos accesos acordes al nuevo emplazamiento, uno que será directo al Marqués de Comillas y otro al nuevo muelle, lo que evitará el tránsito de vehículos pesados por la plaza Sevilla, ubicación de la futura estación estación intermodal que aglutinará los servicios de tren, autobús y estación marítima. «Por la plaza Sevilla no pasará ni un solo camión, por lo que ganamos en eficiencia y competitividad, y también en seguridad», apostilló el presidente de la Autoridad Portuaria.

De esta forma, los gaditanos podrán dejar en la memoria la estampa de contenedores y grandes tráilers que se apelmazan en el muelle ciudad y, según explicó Barra, la apertura y permeabilidad con la ciudad será posible «ocasionalmente» a través del muelle Alfonso XIII, ya que la valla permanecerá, por ahora, en su sitio.

Esta transformación empezó a fraguarse en 2004, cuando la Autoridad Portuaria advirtió la pérdida de competitividad que sufría esta infraestructura y que iba a alcanzar su límite en 2015. La anticipación, ya que estamos en 2007, se produce porque «poner en marcha una terminal» con una reordenación de estas características «lleva entre siete y nueve años».

El objetivo es que la primera fase de la construcción del nuevo muelle de Levante concluya a finales de 2011 tras realizar una inversión de 60 millones de euros que se sufragarán a través de los beneficios anuales de explotación (unos diez millones al año). En total, el presupuesto de esta gran obra de la Autoridad Portuaria es de 130 millones de euros, de los que sólo 21,6 se destinarán a dragados y rellenos y otros 20,7 a construir un «abrigo frontal» y a ensanchar la bocana de entrada para proteger a este nuevo espacio, orientado hacia exterior de la Bahía, del mar de leva y la agitación y desgaste que generan las mareas.

La primera inyección llegará en 2009, aunque será de sólo seis millones, según pronosticó Rafael Barra, ya que, paralelamente, se está desarrollando la ampliación del muelle Marqués de Comillas (junto a la terminal pesquera), que prevé culminarse en un año, en el segundo semestre de 2008. Sólo este proyecto que ya está en marcha aportará 270 nuevos metros a los 490 existentes en la actualidad para el tráfico ro-ro (carga rodada) .

Y, pese a ser algo más lejano, el resultado de la nueva terminal de contenedores en el dique de Levante será inmediato ya en su primera fase: el puerto duplicará su superficie, ya que tiene 180.000 metros cuadrados e incorporará 250.000 (el total son 380.000); se ganarán inicialmente 600 metros de muelle (en total serán 1.800) a los 400 actuales y el calado llegará a 16 metros, una capacidad muy superior a los tres actuales.

«Motor económico»

El impacto de esta reestructuración no será sólo portuario, sino también económico en el conjunto de la Bahía, en la que actualmente absorbe el 15%, un nivel al que «probablemente ni el turismo llegue», apostilló el catedrático encargado del estudio de la ampliación, Miguel Ángel Losada. Y, por supuesto, social y medioambiental, ya que esta infraestructura mejorará ostensiblemente su integración en la ciudad y reducirá el movimiento de mercancías en el centro de la capital.

E, indudablemente, el ámbito laboral también se verá beneficiado de esta mayor actividad. En la actualidad el puerto genera 15.620 empleos, de los que 5.624 son directos. Considerando que hay un puesto de trabajo por cada 1.000 toneladas de mercancía y el año pasado se cerró con 5,7 millones, este «motor» de desarrollo prevé multiplicar de forma exponencial su peso laboral en la Bahía, según auguró Barra.

brevilla@lavozdigital.es