MÚSICA

La ciudad abierta

El norteamericano Steve Earle rinde homenaje a Nueva York con un álbum cuyos textos combinan el amor y la protesta política

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Nueva York acudió al auxilio de Steve Earle (Virginia; 1955) en un momento en que «estaba bastante desesperanzado sobre la situación política norteamericana en los últimos años», hasta el punto de plantearse seriamente abandonar el país. Un punto de su vida en el que «necesitaba desesperadamente ver a una pareja interracial y del mismo sexo cogida de la mano en mi propio barrio». Inmerso desde hace años en un proceso de redención que lo alejó de un círculo de drogas que a punto estuvo de acabar con su vida y trayectoria, iniciada con el brillante Guitar Town (1986), Steve Earle encontró en Nueva York un positivo espacio vital y creativo. Una alianza que se encargó de consolidar instalándose en la misma calle de Greenwich Village en la que se tomó la famosa fotografía de portada de The Freewheelin (1962), el disco de Bob Dylan donde éste camina arropado con su chica, Suze Rotolo.

Después del excelente nivel logrado por Earle durante la última década en su proceso de interpretación del territorio abonado por rock, country y folk -plasmado en álbumes como I Feel Alright (1996), El corazón (1997) o The Revolution Starts Now (2004)-, y tras tres años de alejamiento de los estudios de grabación, el norteamericano devuelve el favor a la Gran Manzana dedicándole su nuevo trabajo, Washington Square Serenade (New West-Dock, 2007). Producido por John King de los Dust Brothers (Beck, Rolling Stones, Beastie Boys) y grabado en los veteranos Electric Lady Studios, Washington Square Serenade supone un homenaje a la ciudad de Nueva York y al decisivo papel jugado en el devenir de la música pop. También a su tradición como ciudad de acogida y a su talante abierto y multirracial (City of Inmigrants) o a algunos de sus emblemas musicales como Pete Seeger a quien Earle guiña en Steve's Hammer (For Pete) a modo de manifiesto del papel que la música debe jugar en la consecución de la justicia social.

Construido sobre un cuadro de composiciones propias que combinan amor y una protesta política que ha impregnado sus más recientes trabajos, Earle da forma a un completo álbum, de forma acústica e incluso austera -sirva de ejemplo el seco latido blues de Red Is The Color- aunque sólido y fibroso en su desarrollo. Arropado por versiones como Way Down In the Hole de Tom Waits, el álbum cuenta con la activa participación de Allison Moorer, mujer de Steve, cuya exquisita voz y partitura juega papel decisivo algunos de los episodios más brillantes del álbum, representados por las excelentes Down Here Bellow y Days Aren't Long Enough. Un par de canciones de las que enamorarse al primer contacto.

La versión deluxe de Washington Square Serenade viene acompañada por un DVD que ilustra la relación de Earle con Greenwich Village.