Dechent ha destacado siempre en papeles secundarios. / LA VOZ
ANTONIO DECHENT ACTOR

«Mi trabajo va desde 'acción' a 'corten'; ni antes ni después me preocupo»

Secundario de lujo en el cine, es el pícaro padre de la comedia de Antena 3 'La familia mata'

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Antonio Dechent encadena una película con otra. Solas, Smoking room, Alatriste, Los Borgia, ¿Por qué se frotan las patitas?...En Sitges se ha exhibido otro de sus recientes trabajos, El último justo, y están pendiente de estreno Escuchando a Gabriel y Clandestinos, junto a Juan Luis Galiardo. En todas aparece como secundario, en un segundo plano eficaz en el que casi siempre brilla. La televisión acaba de llamar a su puerta con La familia mata, comedia de Antena 3 que satiriza la institución y en la que él es un pícaro padre de familia que vive en el sueño de dar el pelotazo. Un papel que borda este intérprete sevillano poco amigo de eternizarse con un personaje en una serie de ficción.

-Le ha correspondido interpretar a un buscavidas que quizá pueda tener una extrapolación social...

-Es una persona que en el fondo lo que busca es el bienestar familiar. Ocurre que no quiere trabajar mucho pero sí tener dinerito. Para él las dos mejores palabras del diccionario son dinero fácil. Pero en el fondo tiene un gran apego a la familia.

-¿Pero tiene algún reflejo en la sociedad de hoy?

-Espero que no. En la sociedad de hoy la gente tiene sus trabajos, apenca con ello y busca la felicidad en las pequeñas cosas, y asombrosamente es feliz así. Sí es verdad que la mayoría nos movemos con esa esperanza de dar un pelotazo, con alguien que te deje una herencia. Pero son ilusiones infantiles que tenemos todos.

-Se han estrenado un buen puñado de títulos de ficción en esta temporada. Algunas series se quedarán en el camino. ¿No da inseguridad?

-La inseguridad se vivirá más en los despachos, responsables económicos de la serie. No pienso en eso. Mi trabajo, tanto en cine como en televisión , es de acción a corten. Ni antes ni después me preocupo por lo que puede pasar. Sí es verdad que es la primera vez que estoy en una serie continuada, y me asombra eso de que al día siguiente de la emisión el humor de los compañeros dependa del share que hemos tenido. Vivimos de la audiencia, pero también está la satisfacción personal, y yo estoy muy orgulloso de lo que estamos haciendo en la serie. Esta comedia no da espacio al melodrama ni a trucos sentimentales sucios. Es pura comedia. Son personajes estrambóticos, pero la gente se puede ver reflejada en ellos.

-Porque cada familia tendrá sus cuitas...

-Exacto, sólo que aquí la situación está llevada al paroxismo. En las relaciones entre los personajes mucha gente se podrá ver identificada. Y es que uno se ríe cuando se cae el otro, no cuando lo hace él. La gente puede decir mira, como mi primo, o mi vecino. Todo el mundo tiene una hija con la que no está de acuerdo en sus relaciones sentimentales, o un hijo al que le hubiera gustado ser Einstein pero no llega ni a albañil de la esquina. La mezquindad que puede haber en la sacrosanta familia aquí está retratada con sentido del humor.

-¿Ha cambiado mucho la familia española?

-Yo espero que sí. No sé si por la educación judeocristiana mantenemos unos hábitos de los que es difícil desprenderse. Los roles están muy establecidos, pero se respira una cierta libertad que antes no existía. Al padre se le exige ahora una serie de actitudes más femeninas que antes eran impensables. Lo mismo pasa con las madres, que dejan atrás blandenguerías para tomar más posición en las decisiones familiares.

Seguridad económica

-Debe ser bueno para los actores que no dejen de estrenarse series...

-Pero lo mismo que se estrenan caerán. Evidentemente, pueden dar una seguridad económica a los actores, pero no hay que agarrarse mucho a esta situación porque ser actor es sinónimo de libertad. Lo bueno que tiene esta profesión es que tu jefe cambia continuamente, y encadenarse demasiado a un trabajo tan bien remunerado como la televisión te aporta menos creativamente que si te enfrentas a nuevos retos de forma continuada.

-La seguridad económica de la televisión puede ser relativa, porque la falta de audiencia se la puede llevar de un plumazo...

-La audiencia está muy mal medida, porque habría que tener en cuenta también a la gente que ve la televisión en los ordenadores.

-Usted ha desarrollado la mayor parte de su carrera en cine. ¿Lo ha escogido así o ha sido por azar?

-Mi formación fue en el teatro. Y esta profesión está muy mal repartida porque un actor que interpreta un papel protagonista de Shakespeare está cobrando la centésima parte que un chaval que sale en una serie. A partir de ahí es verdad que a mí el cine me ha tratado muy bien, y yo he intentado aportar naturalidad y defender a muerte mis apariciones, que nunca han sido protagonistas. Por eso mismo tienes que esmerarte, para que luzca más tu intervención.