Rice rebaja las expectativas de un acuerdo entre palestinos e israelíes en la conferencia de paz

A un mes de la conferencia de paz anunciada en Anápolis (Maryland), la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, inició ayer su duodécima gira por Oriente Próximo y lo hizo aún antes de bajarse del avión rebajando cualquier expectativa sobre su papel intermediador y sobre la posibilidad de lograr grandes pasos en dirección a un acuerdo previo. «No preveo ningún avance particular sobre el documento» que deberá guiar la reunión, explicó la diplomática en pleno vuelo entre Moscú y Tel Aviv a los periodistas que le acompañan. «Lo digo para que no se espere eso, el trabajo aún está en marcha», añadió.

Con una agenda de cinco días por delante, la más larga desde que Estados Unidos anunciara en verano la celebración de la conferencia, Rice se entrevistaba por la tarde en Jerusalén con el primer ministro israelí, Ehud Olmert, y hoy lo hará en Ramala con el presidente palestino, Mahmud Abbas (Abú Mazen), todo ello como prolegómeno del encuentro a tres bandas que la enviada norteamericana pretende reeditar en este viaje para tratar de reducir la brecha que separa a las partes.

Calendarios y grados

Una cuestión fundamental de calendarios y de grados de compromiso -Israel se niega a ir más allá de firmar una declaración general sin límites temporales, mientras que Abbas exige cerrar un acuerdo preciso con cronograma para crear el Estado palestino- que amenaza con hacer naufragar la conferencia de despedida de George W. Bush. O lo que es lo mismo, el último esfuerzo de su desprestigiada Administración por terminar la legislatura con algún éxito diplomático que exhibir en Oriente Próximo. Según fuentes oficiales, en esta gira, Condoleeza Rice intentará salvar la cita de Anápolis convenciendo a Olmert de que el documento a suscribir con los palestinos deberá ser concreto -«sustancial», según el término utili- zado por la secretaria de Estado en su última visita- y ofrecer un «horizonte diplomático» a Abbas, que a su vez hoy reclamará a la negociadora estadounidense que presione a Israel para que detenga la construcción de nuevos asentamientos en Cisjordania.

Además, según publicaba ayer el diario 'Ma'ariv' sobre la cumbre también se cierne la amenaza de un gran atentado terrorista que Hamás organizaría para abortar cualquier acercamiento.

Coincidiendo con la llegada de la jefa de la diplomacia norteamericana, el fiscal general del Estado de Israel, Menajem Mazuz, anunció ayer su petición para que se abra una tercera investigación penal contra Ehud Olmert por dos supuestos casos de tráfico de influencias durante su etapa como titular del Ministerio de Industria, que se suman a la presunta incursión del actual primer ministro en un delito de abuso de poder por el que ha sido ya interrogado y otro de corrupción que también está en manos de la Policía.