La derrota de El Ejido deja al Cádiz a un punto del descenso

El Cádiz tenía ayer un día complicado. No jugaba, pero dependiendo de los resultados de los demás equipos de Segunda podía caer a los puestos de descenso. Ya ha igualado el arranque de la temporada del descenso a Segunda B, (en aquel momento, temporada 93-94, llevaba una victoria y cuatro empates), y era muy posible que acabara la jornada entre los cuatro de abajo.

Pero la clasificación se está partiendo demasiado pronto. Los de arriba no fallan y los que están en la zona caliente no terminan de arrancar. Tan sólo superaron al Cádiz el Xerez (con un empate) y el Alavés, que sí ganó el pasado sábado.

Por ello, continúa fuera de los puestos de descenso (es el decimoséptimo) aunque a un solo punto del Granada 74.

La situación es alarmante. El equipo no reacciona y el cambio de entrenador no ha sido el revulsivo esperado. No obstante, Antonio Calderón debe recibir el respaldo de la directiva cuanto antes, pues su futuro está en el aire y nadie le ha dotado de la autoridad suficiente para poner orden en un vestuario de profesionales.

El gaditano está convencido de sus posibilidades y de las de su equipo. Ayer estuvo en El Rosal, dirigiendo a sus pupilos del filial y logrando una gran victoria (3-0) ante el Cartaya. Recibió el apoyo de la afición y al final fue preguntado por algunos compañeros de la prensa.

«No pasa nada, este equipo le puede ganar a cualquiera». Vio al equipo bien en El Ejido y piensa que revertirá la situación en cuanto los jugadores logren coger la confianza. Hoy hablará ante los medios de comunicación tras el primer entrenamiento de la semana, que tendrá lugar en El Rosal a partir de las 10.30 horas.

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