Pareja

Lo que debes saber si tu pareja es tu compañero de trabajo

Evitar conversar sobre temas laborales en casa y naturalizar la situación con los compañeros son factores clave

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María Alcaraz

María Alcaraz

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Las relaciones sentimentales en el entorno laboral son muy comunes. Se suceden en una y otra empresa y son una dinámica a la que muchos se ven abocados: la proximidad, la cantidad de horas juntos y compartir objetivos laborales es una suma que muchas veces tiene un resultado inevitable.

Pero, aun con la frecuencia de estas relaciones, son muchas las personas que, al verse en tal situación, tiene problemas para asumirlas y naturalizarlas en su entorno. «Todos somos adultos y tenemos relaciones voluntarias y libres, dentro de la Constitución. No hay que dar explicaciones, ni pedir permiso a nadie por tener una relación con un compañero de trabajo», explica Arantxa Coca , psicóloga especialista en pareja. Hecho el apunte, la profesional aconseja que, cuando se quiera explicar en el entorno laboral que se ha iniciado una relación entre compañeros, ante todo debe imperar la naturalidad. «No hay que ni hacer ningún drama ni añadirle una connotación especial por el hecho de que sea en el trabajo», dice la psicóloga.

La psicóloga Amparo Calandín , experta de Doctoralia, coincide con su compañera de profesión: «Las personas estamos en un entorno laboral demostrando nuestra profesionalidad. Hay que darle la importancia justa, tenemos una relación fuera del trabajo, en lo sentimental, pero aquí seguimos siendo compañeros , como el resto».

A la hora de comunicar la relación a los jefes, ambas abogan de nuevo por intentar naturalizar la situación lo máximo posible. «Debemos recalcar la honestidad que estamos mostrando . Aunque no tengamos la obligación de tener que transmitirlo lo estamos poniendo encima de la mesa para que ellos lo sepan, para ver que no queremos ocultar nada», comenta Calandín.

Evitar el secretismo

Aun así, muchas parejas, para evitar comentarios jocosos y la percepción de que su profesionalidad y eficiencia es menor, deciden mantener su relación en secreto, lo que, en algunas ocasiones, puede afectar de manera negativa a esta. «El secretismo impide naturalizar la situación. Es un entorno social en el que puedes encontrar a alguien muy parecido a ti y, que te condicione conocerlo en cierto contexto, es una pena. Al final lo que se debería valorar es la profesionalidad y no tanto las relaciones personales que se generan», puntualiza Amparo Caladín.

El momento en el que se reconoce que se empieza a sentir algo por un compañero de trabajo puede ser complicado para algunos. Explica Arantxa Coca que, en el caso de que ambas personas estén solteras, la situación «se debe abordar como cualquier otra relación». Tantear si la otra persona empieza a sentir lo mismo, y poco a poco ver a dónde lleva la situación. Asevera que la complicación llega cuando ya se tiene pareja : «Se debe revisar la relación de pareja, y, si se está intimando mucho con un compañero, recortar el tiempo que se pasa con esa persona. Recomendaría evitar los tiempos de ocio, porque a veces se trabaja y los descansos se hacen juntos».

La profesional explica que, si se está en pareja y se empiezan a tener otros sentimientos, tal vez sea porque ya se tiene una crisis de pareja . En el que caso de que no sea así, se debe tener en cuenta que «se ha convertido en cómplice a otra persona que no es nuestra pareja» y apunta que «si no se hace nada, al final ya se sabe que va a ocurrir». «Hay personas que incluso piden un cambio de departamento, o de mesa, para recortar el tiempo que se pasa juntos», explica Coca.

Una vez que ya se ha establecido una relación, es conocida por los compañeros, y se ha naturalizado en el entorno, la pareja debe establecer unos límites para evitar que el ámbito profesional se vea afectado por esta. «Es importante que todo siga igual que siempre, mantener una actitud profesional y mantener los espacios laborales lo más separados posibles», apunta Arantxa Coca. Por su parte, Amparo Calandín explica que hay que poner barreras y saber qué conversaciones pertenecen al ámbito laboral y cuales al entorno personal. «Se deben establecer límites comunicativos, y en el caso de que no sean suficientes, incluso físicos, como el cambio de puesto en la empresa», explica la psicóloga.

Comunicación esencial

En el caso de que la relación sea esporádica y no termine consolidándose, la doctora Coca recomienda «establecer un contrato verbal» con brevedad. «Lo mejor es hablarlo, ir a tomar un café y dejar claro que aquello no debe afectar a la relación profesional, que se guarde la discreción y la profesionalidad y no retirar el saludo, esto es muy importante», comenta.

Cuando no solo se trabaja en la misma empresa, sino que también se comparte hogar, las parejas deben hacer un esfuerzo para que la situación no afecte a su relación. «Hay que respetar el espacio de cada uno, hacer fuera del trabajo cosas independientes, que cada uno tenga sus hobbys , sus parcelas, que desconecten y estén con otras personas», apunta la profesional Amparo Calandín.

Asimismo, es importante evitar hablar del trabajo en casa, conseguir tener «higiene mental». Para ello, Arantxa Coca plantea un truco muy fácil: «Si por ejemplo se está cocinando y se empieza a hablar de trabajo, hay que saber decir "esto para mañana en la oficina". Si nos cuesta, podemos llamar a nuestra pareja por su apellido en vez de por su nombre. De esta manera, se pone la atención sobre que ya no se tiene que hablar más de trabajo». «Es importante ampliar el registro conversacional y compartir otros asuntos, no únicamente en el trabajo», ultima la psicóloga.

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