Psicología

Lotería de Navidad: Cómo reacciona nuestra mente cuando nos toca el Gordo

Tomar decisiones con el subidón de ganar el Gordo puede ser equiparable a hacerlo bajo el efecto de haber tomado varias copas de alcohol, según los expertos

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Raquel Alcolea

Raquel Alcolea

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Nás que una fórmula para ganar dinero , el sorteo de la Lotería de Navidad suele verse como un evento con toda una tradición detrás, como algo que se comparte con familiares y amigos, que genera ilusión y que supone una esperanza para mejorar nuestra vida de cara al próximo año. Y, aunque es cierto que las probabilidades de que nos toque nos bastante bajas (1 entre 100.000 en el mejor de los casos), no es raro que en las últimas semanas muchos hayan fantaseado con esa posibilidad, especialmente en un año marcado por las consecuencias de la pandemia . De hecho, tal como explica la psicóloga Elena Huguet , del equipo de En Equilibrio Mental, esa actitud responde a la necesidad de algo que nos pueda dar esperanza en un contexto tan difícil como el que estamos viviendo pues, de alguna manera, pensamos que puede ser algo que nos ayude a cambiar las cosas y en cierto modo nos aporta una cierta sensación de control.

Pero claro, fantasear es una cosa y que realmente te toque la Lotería de Navidad es otra cosa muy distinta. Los expertos de Therapychat han descrito de una forma simplificada las fases por las que suele pasar la mente cuando se enfrenta a la noticia de que le ha tocado el Gordo de Navidad. En primer lugar se produce un «subidón inicial» y en ese momento los neurotransmisores de la felicidad trabajan a tal velocidad que uno puede sentir que ha encontrado la solución a muchos de sus problemas. Pero a ese subidón inicial le sigue una «vuelta a la realidad» . El organismo tiende siempre a la homeostasis , es decir, a recuperarse ante cualquier cambio. Y eso mismo es lo que sucede con nuestro estado emocional.

Pasado ese subidón que nos produjo el conocimiento de la noticia de que habíamos ganado la lotería nos acostumbramos en seguida a esa novedad y volvemos a estar más o menos antes de ganarla y seguiremos aspirando a más, como siempre hemos hecho. «Esto es lo que algunos autores llaman 'adaptación hedónica'. Nos acostumbramos a todo o a casi todo, incluso a que nos haya tocado la lotería», revelan en Therapychat.

[Podrás comprobar si tu número de la Lotería de Navidad ha sido premiado a partir del 22 de diciembre en el comprobador de décimos de ABC]

Aparentemente este subidón seguido de una vuelta a la realidad parece un proceso sencillo, pero lo cierto es que, tal como explica Aída Rubio, psicóloga y coordinadora del equipo de TherapyChat, entraña más complicaciones psicológicas de lo que se cree. «Lo importante es actuar en frío, planificando paso a paso, y con la mente puesta en invertir para tu felicidad, para que, de esa manera, ese dinero pueda revertir en mayor tiempo de calidad para ti, en experiencias divertidas y plenas, y en cuidarte a ti y a los tuyos con cabeza, y no en una gratificación inmediata pero fugaz», aclara. Por eso, para gestionar esas emociones de una manera lanza las siguientes propuestas: mantener unas expectativas reales y ajustadas, mantener al margen las distorsiones cognitivas, dejar que pase la «borrachera psicológica» antes de tomar decisiones y tener preparada una lista de prioridades.

1. Expectativas reales y ajustadas

Cuando no esperas algo, no eres dañado si no sucede pero lo disfrutas si finalmente ocurre. Pero si esperas algo con todas tus fuerzas y eso, finalmente, no llega, se puede producir el golpe de la decepción. Una de las claves que puede ayudar, aunque duela, es conocer las probabilidades reales de ganar un premio concreto.

2. Evitar distorsiones cognitivas

Evitar las distorsiones cognitivas, es decir, mantener a raya esos pensamientos irracionales con los que juzgamos la realidad como por ejemplo pensar que «un número va a tocar por que lo has soñado» o «porque es el cumpleaños de tu madre», «o porque es la fecha en la que conseguiste tu primer trabajo». Todos estos son, según explican en TherapyChat, pensamientos que parten de premisas poco lógicas y que, por tanto, se deben desterrar pues llevan a conclusiones igualmente ilógicas.

3. Tomar decisiones coherentes

Es importante dejar que pase la «borrachera psicológica» antes de decidir algo pues uno de los problemas que se da cuando se gana una cantidad importante de dinero es que no se consigue mantener los pies en la tierra. Así, las personas tienen a dejarse llevar por el subidón emocional y a tomar decisiones y a hacer cambios en su vida llevados por ese estado. El resultado en esos casos es parecido al que tendría tomar decisiones bajo los efectos del alcohol . Por tanto, la experta de TherapyChat aconseja que, si llegar a tocarte la lotería la mejor inversión que se puede hacer es tomar la decisión de dejar reposar las cosas antes de contárselo a los demás y de hacer grandes cambios. Una vez que se pase ese efecto de «borrachera psicológica» podrás tomar decisiones de una manera más madura y más sana para ti.

4. Elabora tu lista de prioridades

¿Qué es lo más urgente que tienes que resolver a nivel económico en tu vida? Tener preparada una lista de prioridades, un compendio de todas las necesidades (no caprichos) que tenemos que cubrir o incluso tener a mano el contacto de un buen asesor financiero puede ayudar a hacer unos de ese dinero de una forma racional, sin dilapidarlo ni arruinarse en poco tiempo.

¿Y si no me toca la Lotería de Navidad?

Para construir emociones saludables en torno a la posibilidad de que nos toque o no la Lotería de Navidad debemos tener nuestras metas siempre presentes y agradecer y valorar lo bueno que tenemos en la vida pues, tal como Elena Huguet, eso nos permitirá tener una mayor sensación de control. Así, la experta propone realizar actividades que nos resulten agradables, placenteras y que además nos aporten valor, no solo a nosotros, sino también a los demás. Y después, según añade la psicóloga Silvia González del Valle, conviene construir refuerzos positivos valorando aquello que hemos hecho por nosotros y los demás: «Si conseguimos apreciar y valorar las pequeñas cosas que vivimos en nuestro día a día y somos conscientes de que somos parte activa de lo bueno que somos capaces de generar y que eso en realidad no tiene que ver con una cuestión de azar sino con nuestra actitud y nuestro esfuerzo, nos sentiremos mejor con nosotros mismos», afirma.

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